El crepúsculo de mi vida ha llegado,
el sol se oculta, el día está expirando.
La sombra alarga, el cuerpo se fatiga,
la juventud se marcha, ya no abriga.
Recuerdos dorados en mi mente brillan,
historias vividas que en el alma anidan.
Amores, amigos, alegrías sentidas,
también sufrimientos, batallas perdidas.
El tiempo implacable ha ido avanzando,
arrugas y canas me están adornando.
Pero en mi interior, la llama aún arde,
y de cada instante, procuro gozarme.
Con calma y sosiego, espero el final,
agradecido por este viaje terrenal.
Que el crepúsculo sea sereno y apacible,
y mi alma encuentre un descanso factible.
La tarde se inclina, el sol se va ocultando,
mi vida en declive, suavemente llegando.
El crepúsculo llega, con tonos dorados,
recuerdos y sueños, en mi ser grabados.
La juventud lejos, cual brisa fugaz,
el tiempo ha volado, dejando su faz.
En mi rostro arrugas, memorias vividas,
experiencias dulces, también adoloridas.
Agradezco el camino, andado con fe,
los amores, amigos, que siempre los llevé.
El invierno se acerca, con calma y rectitud,
esperando el final, con plena quietud.
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Autor:
José de Amercal (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 22 de noviembre de 2025 a las 16:29
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 1

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