Sobre el Jazz

Debo a las amarguras del ron
que vine a dar con este lugar;
así, he salido de puertas mías,
pues acudo a otoñar esta nadería;

bien debo a las malas horas
que vine a dolerme en este bar........

Aquí se tocan multitudes de vida,
vidas que juegan al intrincado sueño...,
no más que solo sueños, sueños de amarga vida.
Aquí besan negras melodías...,
hartos trabajos, hartas de tanta vida.

¡Cómo no llorar la triste risa que vierte de mi pira!

Ahora, sentado entre ramajes de vulgos,
se oye..., uno oye, uno escucha
a la afligida guitarra llorar...
Llora cuerdas, maderas...
y un sinsabor de entristecidas lengüetas.

Charlas, charlas...
el piano espuma pedradas de sangre;
ternura silencios de humo.
Suave, simple... y con un - ¡qué sé yo!-
de melancólicos azules.

Borbotan arroyos y veredas sonoras.
Ahorcan los ahogados por su mediocridad,
hombres como yo, mediocres;
gentes embebidas de afinidad...
Mas en esta noche garabatera me lloro...,
¡lágrimo a los sones
de sombrilentas rapsodias!

Tenues notas; intensas son sus almas,
como intenso es el contrabajo
que a la orilla de nuestra oreja canta...............
Instrumentos alegóricos, corriente subyacente.

Teclas como labios y manos como auroras...
Hay amor en las heladas esquinas,
hay muertes impregnadas de celajes,
y hay tristezas que se sienten como palomas.......

A las horas frías,
y a estas noches versadas,
me alado entre lluvias
y de estas calmantes lunas otoñadas.