En el gris firmamento,
la idea nace,
vapor de mentes,
urbe que la mece,
sin cuerpo, etérea,
más con pulso propio,
se desliza entre el tráfico,
un columpio.
Atraviesa cristales,
roza fachadas,
susurra en esquinas,
por nadie escuchadas.
Es un hálito,
un soplo, una visión,
buscando eco
en alguna dirección.
Ignora el neón,
las prisas que la ciegan,
sólo anhela un destino,
mientras llegan
los ecos sordos
de su propia esencia,
reflejo tenue
de su persistencia.
Y al fin, en un café,
un parque o un andén,
entre el murmullo denso
de un común vaivén,
se posa leve,
como polen o rocío,
en una mente,
hallando su vacío.
Se anida, crece,
se hace carne y voz,
ya no es sólo idea,
es un nosotros, una hoz
que siega la soledad
del pensamiento,
y florece en el verbo,
en el intento.
Así, la abstracción
se vuelve realidad,
viajera incansable
de la inmensidad
urbana, hasta encontrar
su resonancia,
en el alma humana,
su dulce circunstancia.
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Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 21 de noviembre de 2025 a las 18:49
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 2

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