Mi cuarto
El cuarto, espacio bendito,
espejo de fe y de unión,
donde el alma ha crecido
en cada dulce devoción.
Mi templo y mi confesionario,
mi voz en diálogo con Dios,
el rezo de mi rosario,
la calma tras el perdón.
Es mi remanso de utopía,
el sitio de la confesión,
cobija de la poesía,
la almohada de la razón.
Mi tiempo, dueño y señor,
sin hora, sin condición;
películas, lectura y fervor
de la pluma y la pasión.
Mi cuarto, faro en la bruma,
cenit de todo mi plan,
que a la luz de cada afán
al reto del sol me suma.
Es mi cálido refugio,
el puerto sin tempestad,
donde el futuro es augurio
de amor y felicidad.
Morada de mis ideas,
fuente de la creación,
recinto donde me recreas
con armonía y sazón.
En el tiempo que fue,
espacio de pasión sin límite,
procreadora de la libertad
que alienta la mujer maternal.
Ella florea la casa
de hijas e hijos,
cual perenne luz primaveral
de fecundos hitos.
Y fue el cuarto el testigo
del natalicio parvular, el fecundo prestigio de un clan espectacular.
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Autor:
Rafael Parra Barrios (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 21 de noviembre de 2025 a las 17:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, Llaneza, Jose de amercal

Offline)
Comentarios1
Muy buen poema y con parte picantona 😉
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