El esfuerzo es un sendero
que no todos se animan a pisar,
un viaje que empieza en silencio
y termina brillando
en los lugares donde nadie miraba.
Es levantarse cuando el mundo pesa,
cuando el cansancio muerde fuerte
y la duda te sopla al oído
que tal vez no puedas más.
Pero ahí, justo ahí,
nace la fuerza que no se ve:
esa que crece callada,
que te empuja cuando tus pasos tiemblan,
que te recuerda quién sos
y hasta dónde soñaste llegar.
El esfuerzo es sudar por lo que querés,
aunque la gente no entienda tu rumbo,
aunque camines solo por días enteros,
aunque el viento te dé de frente
y parezca que nada cambia.
Porque todo lo bueno,
todo lo eterno,
primero fue pequeño,
diminuto, invisible,
latiendo en tu pecho como una chispa
esperando transformarse en incendio.
Es caer diez veces
y levantarse once,
mirar las heridas sin miedo,
sabiendo que cada marca
te hace un poco más grande,
un poco más sabio,
un poco más invencible.
El esfuerzo es fe sin religión,
es amor sin condiciones,
es un pacto contigo mismo
firmado en noches sin dormir.
Es creer que tus manos
pueden construir lo imposible,
que tus pasos pueden abrir caminos
donde otros solo ven piedras.
Y cuando por fin llegás,
cuando tus metas respiran frente a vos
como montañas conquistadas,
entendés que valió la pena
cada lágrima callada,
cada intento fallido,
cada segundo de lucha.
Porque al final,
el esfuerzo no solo te lleva lejos:
te convierte en alguien
capaz de tocar el cielo
con los pies bien firmes en la tierra.
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Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 21 de noviembre de 2025 a las 10:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

Offline)
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