La ciencia de la vida
Trabajé por el vestido,
trabajé por el sustento,
por el techo en el que vivo,
y en ello tengo contento.
No crecí con abundancia,
ni con carros ni bicicletas;
no crecí con extravagancia
ni con crédito en tarjetas.
Yo crecí ganando centavos
cuando normal eran pesos,
pero causaron más estragos
la carencia de los afectos.
Por los bienes materiales
es poco lo que me esfuerzo;
las necesidades son reales,
se tergiversa, es por eso.
Descubrí que la riqueza
lleva consigo un embrujo:
no se acaba la tristeza,
aunque se adorne con lujo.
Sin embargo, es deseada,
no se le puede negar
que, aunque sea tan juzgada,
la estancia sabe mejorar.
Si la travesía no te otorga
lo que crees que mereces,
cuando sientes que te ahoga,
te deja respirar... a veces.
Agradezco por la experiencia
de lo bueno y malo ofrecido;
de la vida y de su ciencia
algo espero haber aprendido.
Elise Beher ©®
-
Autor:
Elise Beher (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 20 de noviembre de 2025 a las 20:49
- Comentario del autor sobre el poema: Inspirada por la experiencia de vida de la mayor de mis tías, que ahora cuenta con 98 años de edad. Ella ha sido una mujer que, aunque casada muy joven, todo se lo tuvo que procurar por ella misma; olvidándose obligadamente de la niñez, ya que creció huérfana desde los 4 años de edad y posteriormente , olvidándose de ella misma, por las exigencias de la vida y de proveer para la familia. Con todo, ella es un ejemplo para mi de sobrevivencia, superación y perdón.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2

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