DIOS. ¿QUÉ DIOS?

Nkonek Almanorri

 

 

La primera virtud es frenar la lengua,

y es casi una virtud y un dios

quien teniendo razón

sabe callarse.

 

De Catón de Útica.

 

El mundo en cuanto a sociedad occidental católica, y dentro de ésta y en especial la española, está acostumbrado a blasfemar como acto de rechazo o de insulto sobre algo o alguien. En la blasfemia siempre se nombra a alguien y que por lo general es a Dios, el dios de la Iglesia Católica. El hombre católico de igual manera que lo repudia, a Dios, acto seguido también lo adora e incluso lo idolatra lo cual es una contradicción más que de sí mismo y que lo es más que nada en su mente, en su propio Ser. Pero ¿quién es Dios?: Dios es “algo” que el hombre ha hecho e inventado y hay razones cierta así como argumentos viables para entender porqué el hombre ha tenido la necesidad de tener a Dios, un dios, de crearlo.

 

Dios es una abstracción hecha por el cerebro humano – y es aquí donde digo siempre de que Dios no creó al Hombre sino que fue el Hombre quien creara a Dios -, sin capacidad de ser contrastado por la realidad que por otra parte ¿cómo se podría contrastar algo que no se ve ni se toca, aunque se sienta? Por lo general cuando salimos al mundo, a la calle quiero decir, y preguntamos dónde está Dios, ese dios del que normalmente hablamos y del cual muchas veces blasfemamos -, resulta que entonces vemos que no está, que no existe, por eso decía el gran filósofo Inmanuel Kant que la idea de Dios es una idea inútil: “Jamás puedes comprobar nada ni de la existencia ni de la no existencia” de ahí que naturalmente las religiones, todas, arranquen de lo que se conoce como acto de Fe, porque no hay evidencia de que tal cosa exista. No existen evidencias ciertas, ni de ningún modo, de ningún Ser más allá del proceso natural evolutivo.

 

El Hombre hoy está, más que nunca, buscando una razón y una explicación de su presencia aquí en la Tierra pero cada vez menos lo hace desde la creencia de que hay y exista un Dios. Para algunos si existiera Dios de verdad, ése Dios del que tanto hablan, diría que Éste ha abandonado, se ha ido, y lo ha hecho al ver, horrorizado, qué ha Creado, qué Hombre ha traído a la Tierra. Así pienso y creo, o creo y pienso yo.

 

Sin embargo, y como pensamiento de últimos días, de últimas horas, como consecuencia de un acto personal e íntimo que he empezado a llevar a cabo recientemente y leyendo al filósofo Byung-Chul Han creo entender que Dios es ese sentimiento íntimo que todo Ser humano lleva dentro de su alma, de su conciencia; he descubierto, o creo haber descubierto, este hecho cuando me adentro en un bosque cercano a mi casa y me alejo del ruido, del ruido humano, de todo lo que el Ser humano ha generado: en esa belleza natural de la Naturaleza, en ese Silencio total de Ésta es donde he empezado a creer en Dios, el Dios del alma no el dios de la cual nos habla la Iglesia católica y tantos indecentes dentro, y fuera, de ésta e incluso que pupulan por las Redes Fecales y otros espacio.

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