SON COSAS QUE PASAN.

Nkonek Almanorri

 

 

A veces siento estar convencido del hecho de vivir en una época y en un tiempo muy peligroso; también siento, y pienso, que somos afortunados de vivirlo; quiero decir: Estamos capacitados para vivir en un tiempo en que podemos cambiar las vidas de muchas personas, de millones de personas, en y para el futuro; sólo el intento y la idea de que podríamos hacerlo es darle sentido a la vida que tenemos. Así y todo también están los otros, los que creen, convencidos, que el mal sobre la sociedad humana es y debe ser una especie de castigo; éstos son los que, con todos los medios a su alcance, nos hacen creer que el peligro llega de lejos, desde detrás de las fronteras tanto físicas, ideológicas como mentales; que nos llegan, siempre, por pateras (nunca en aviones con personas con trajes y corbatas, con siete o más tarjetas visas en sus chequeras): nos llegan y nos invaden y hasta nos quitan nuestra identidad, memoria y hasta la cultura, son, dicen, los que saltan las vallas, eso nos dicen: que vienen a destruir nuestra exquisita y excelsa paz judea cristiana.

 

Hace unos días leí una noticia, que aunque en principio no entendí bien por falta de tiempo en el momento de su publicación, después cuando la volví a leer no sólo la entendí sino que recordé dónde y cómo se dieron los hechos aunque nunca en aquel entonces antes llegué a saber en profundidad lo macabro de los hechos: Fue en la guerra de los Balcanes, en la ya entonces ex Yugoslavia lugar del primer conflicto armado dentro de las fronteras de Europa después de acabada la II Guerra Mundial, hecho este en que el primer y más criminal acto de violencia lo llevó a cabo la OTAN, el brazo político y militar de los EEUU en Europa.

 

La noticia, y que en realidad fue una denuncia de unos hechos reales ocurridos en aquel tiempo amparándose en un estado de guerra, hablaba de las muchas cacerías humanas llevadas a cabo durante el asedio a Sarajevo en aquella masacre llamada Guerra de los Balcanes (en realidad fue un genocidio que no tiene nada que envidiarle a lo que está ocurriendo hoy en Palestina, solo que en territorio europeo). Sarajevo fue en tiempos de la Yugoslavia unida de Tito una ciudad preciosa rodeada de montañas en el fondo de un valle y que además era muy culta debido a lo multicultural de su sociedad compuesta por varias etnias que convivían en paz a pesar de las distintas lenguas y creencias que compartían. Todo aquello saltó por los aires en pocos días convirtiendo aquella zona en una gran sangría de terror y odio y que duró años; yo vivía en Canarias y recuerdo, a miles de km de distancia, qué se decía en las calles de mi ciudad llenas de turistas de todos las partes de Europa: nadie entendía nada y menos aún que entre los gobiernos más interesados en aquella guerra estaba, como siempre, los EEUU, Alemania e incluso el Vaticano: era una guerra, un genocidio dentro de la misma Europa, con tintes de racismo. Lo que no se supo nunca en aquellos años de matanzas mediantes continuos bombardeos fue que la ciudad fue asediada también desde las montañas cercanas en las cuales se asentaros francotiradores que disparaban a matar a toda persona que salieran a la calle, lo hacían con fusiles carísimos y con miras telescópicas, seleccionaban a las personas que caminaban y disparaban fríamente a matar.

 

Ahora, años después y hace unos días, apareció en la prensa italiana lo macabro de estos hechos: Grupos de millonarios pagaban cantidades de hasta 100.000 euros y más por el simple placer de pasar un fin de semana de safari humano, de matar personas por simple placer desde las montañas que rodean la ciudad de Sarajevo: seleccionar niños, mujeres, ancianos, hombres y mujeres de cualquier edad se convirtió durante mucho tiempo en una especie de macabra diversión de criminales la mayoría de ellos millonarios aburridos de España, Alemania, Italia y de EEUU principalmente: Pagaban una fortuna por matar personas.

 

La cuestión es para no escandalizarse tanto y pensar fríamente: Si un militar, por ejemplo, hace lo mismo – matar gente de manera impune y con un fusil con mira telescópica -, se le condecora, se le supone un héroe y se le pone una calle o una plaza con su nombre (en mi tierra de nacimiento hay miles de héroes colonizadores y criminales españoles que llevan desde 1402 considerados héroes). Si un presidente o un primer ministro decide cazar enemigos reales o inventados es de inmediato aclamado y votado por el pueblo previamente ignorantado para que no sepa en realidad qué se premia; al fin y al cabo ¿qué es lo que ha hecho y sigue haciendo Netanyahu y sus ministros sobre Palestina? ¿Qué es lo que está haciendo en estos días el orangután de pelo rojo Donald Trump cazando barco lleno de personas porque él dice, sólo él, que son narcotraficantes?

 

Ayer, 18 de noviembre de 2025, el orangután Donald Trump justificaba el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, asesinado por descuartizamiento con una sierra mecánica y ordenado por su amigo el príncipe saudí Mohamed Bin Salmán, como “ Son cosas que pasan…” Este es el personaje que algunos iluminados en Venezuela creen que les van a liberar y llevar la democracia. Tomen nota.

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Comentarios1

  • rosi12

    La noticia, y que en realidad fue una denuncia de unos hechos reales ocurridos en aquel tiempo amparándose en un estado de guerra, hablaba de las muchas cacerías humanas llevadas a cabo durante el asedio a Sarajevo.

    felicitaciones por tu prosa e investigación histórica...., gracias por compartir que tengas un bonito día

    • Nkonek Almanorri

      Ciertos apartados de la escritura es y conlleva precisamente ese espacio que llamamos "procesos de investigación"; en este sentido aún estamos pendiente de denunciar muchos sucesos que han sido ocultados.

      Gracias por tu atención, lectura y respuesta.

      • rosi12

        CIERTAMENTE LA HISTORIA ES DE QUIEN LA ESCRIBE Y LE PONEN LOS COLORES QUE QUISIERON, AHORA MÁS CUIDADOSA, PORQUE CON IA, PUEDEN HACEN CREER A MUCHOS INCAUTOS LO QUE SEA, QUE TIEMPOS!!! SALUDITOS

        • Nkonek Almanorri

          El que tiene años de lecturas puede librarse de las mentiras que imponga las mentiras de la IA, convencido.



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