Por si en vida no regreso

goldengon

 

En la historia de lo nuestro somos editores,
vamos remendando capítulos con silencios,
subrayando los momentos que nos sostienen
y dejando en borrador lo que todavía duele.
Aunque a veces no sepamos
si escribir es sanar
o simplemente aprender a respirar.

Y en medio de esa escritura incierta,
siempre me despido por si en vida no regreso,
no como quien huye,
sino como quien entiende
que cada abrazo es un don
y cada partida
un espejo de nuestra fragilidad.

A veces, en esas pausas,
me nace la pregunta:
¿Por qué sigues ahí, Dios,
cuando mis manos tiemblan,
cuando pierdo el hilo de la historia
o cuando el corazón se me cierra
como un libro bajo la lluvia?

Y aun así sigues,
como una luz que no exige,
como un margen en blanco
que me invita a volver a intentar.
Quizás por eso escribo,
me despido,
y sigo buscando tu voz entre líneas.

Porque si algo he aprendido
es que las historias con fe
no terminan,
solo encuentran nuevos comienzos
en lugares que antes temíamos mirar.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.