Novela Corta: El Loco Enamorado
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
Comenzada: 1 - 6 (17-18) de noviembre de 2025…
Publicada: 18 de noviembre de 2025…
Terminada: 18 de noviembre de 2025…
Editada: 18 de noviembre de 2025…
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7032 Palabras 10 Páginas
~ * ~ Sinopsis:
~ * ~ Andrés es el loco enamorado de la vida, del amor y de la pasión y de Susana, pero, aunque nunca lo dice ni lo expresa y todo por ser el loco enamorado….
Andrés es un loco enamorado de la vida. Andrés es un joven de apenas veinticinco años. La locura para Andrés no es abstracta si es totalmente visible si siempre ha sido el loco muchacho de la vecindad. Andrés es un buen muchacho cuando se enamora de la vida, de la pasión y de la muchacha que vive enfrente, sí, llamada Susana en esa misma vecindad. Andrés fue siempre un loco empedernido, ermitaño, muy huraño y ser un ente antisocial. Andrés tiene los ojos verdes como el lago más visto por todos cerca de la vecindad y sus cabellos claros como el café. La lluvia comienza a desaparecer del cielo y comienza a llegar el lindo sol para la vecindad. Posiblemente es el loco más adiestrado de todos los locos en el barrio, porque a la verdad que habían más de él en existencia. Andrés sin fijarse bien en el letrero que dice Pare prosigue en marcha y tiene un accidente que lo deja más enloquecido que antes. Andrés se dispone a cerrar un nuevo capítulo en su vida por ser tan torpe en la vida, si vivir le da un aire de supervivencia, pero, no, no, lo consigue jamás cuando apenas es loco por naturaleza. Andrés es un hombre libre, enloquecido por el dolor de vivir y es un buen hombre amando a su prójimo y a los demás como a él mismo. La vida penetra en la vida cuando Andrés solo quiere amar a Susana, pero, ella es una mujer libertina, libre y muy enloquecida con la vida, pues, en el ambiente en que vive la vida se dará una impertinada existencia. Andrés es el loco Andrés, el que conlleva una dulce atracción en saber que su mundo es existencial porque el rumbo directo hacia la magia universal se siente como el capricho exquisito y muy venerado en ser el loco más irreverente de la vecindad. Andrés sólo quiso saber de una sola cosa, y fue que el rumbo a seguir prosigue en una sola dirección y es que así lo lleva la locura hacia el pecado más fantástico de todos los tiempos al amar a Susana. Andrés, haciendo malabares para sentirse mejor, cuerdo y con cordura y no tan loco, enloquecido ni con tanta vesania en la razón sin razón sólo lo lleva a pensar e imaginar en el amor de Susana. Susana es una muchacha libertina, cruda en la realidad, y muy cuerda nunca pensaría en casarse con Andrés y que es un loco empedernido, ermitaño y sin cordura, aunque es buen mozo. La vida para Andrés es imperceptible, irreal, y muy lejana de la realidad aunque tiene cordura él prefiere vivir lejos de la única realidad porque así es amar para él. Andrés prefiere la locura que la cordura porque ama a una mujer, la cual, se perfila la realidad con la falsedad de la vida cuando ocurre el transitorio y venidero instante como una sola razón que se gana en desgana. Andrés quiso ser el loco más cuerdo, pero, aunque pudo ser así no lo logró jamás, pues, su mundo está lleno de irrealidad, sosegados instantes, amores inconclusos y platónicos y de un mundo irreal como el comienzo de creer cuando en el mal instante a Andrés su locura lo domina. Andrés lo que le ocurre es que en el instante se subleva de eterna locura cuando traspasa y transfiere lo que en el alma separa y bifurca de ideales ingratos. Andrés lleva en su corazón amor y del más preciado hacia la muchacha libertina de nombre y llamada Susana, pero, su corazón se detiene en una forma en atraer el amor hacia ella, pero, el amor es ciego, abstracto, invisible e intocable en el tacto. Andrés quedó en total locura y con una cordura tan lejana como el sol mismo en el mismo cielo. Andrés, el amor, la pasión y el corazón se siente como el desafío inerte suave y delicado en formar parte de la vida en plena locura dependiendo que el aire sopesa en el alma y más en la sola piel. Andrés sólo siente y presiente que su salida del infierno, abismo o precipicio es como poder salir y huir lejos del tiempo y saber que el destino es fuerza, voluntad e ímpetu en poder amar con pasión, con vehemencia y con dolores extremos en el corazón. Andrés quedó como el delirio sosegado en atraer de la vida la sola locura para poder amar libremente como es a la muchacha de nombre Susana y que es tan libertina.
Andrés quedó como el silencio sosegado en poder atraer de la vida una sola ilusión y es todo el amor de Susana. Andrés quedó como la primera vez que sintió el amor en su solo corazón. Sí, ya sabe usted, como un verdadero loco, con vesania e insania que es una locura y lleno de amor en el solo corazón. Andrés quedó con el amor total, enfrascado de ternura y sin eterna cordura. El jovenzuelo quedó como el mismo dolor en el alma y más en su solo corazón amando a Susana, sí, a la muchacha libertina, la que es totalmente libre y que se cree que nunca se interesará en Andrés aunque él haga esfuerzos por gustar. Andrés sólo quiso ser como el desafío friolento y más que eso como el delirio delirante de creer que la fuerza por amar a Susana edificó su forma más como ser la víctima y no el victimario de su propia locura. Andrés fue frío y muy inconsecuente en saber que el deseo por enamorar a Susana se le va la vida en un santiamén más friolento. Andrés sólo quiso ser el hombre amando a Susana y poder ser el hombre más amado por una mujer así tan libertina y tan libre como el aire, pero, él jamás imaginó ni pensó que ésa mujer así nunca lo amará. La mujer de nombre y llamada Susana, quedó con el coraje de amar, pero, así con otro hombre quedó el amor de Susana sin poder amar, ¿y quedó sola por siempre en una eterna soledad? Susana quedó con el dolor y con la furia en querer amar a todo un hombre, pero, la fuerza, la espera y la voluntad en querer amar quedó con la vida y más con el fuego clandestino de todo un juego que se desató con fuerza y con euforia en querer amar. Andrés quedó únicamente con la fuerza y con la esperanza en ser como la vida y como el amor a cuestas de toda razón. Si la fortuna con Andrés quedó como el dolor funesto y como el deseo de ver al cielo y recoger de la vida toda virtud. Si la vida de Andrés quedó como el fuego o como el delirio delirante de creer en el acometido en caer de bruces abiertas en el suelo por donde se pasea el amor. Andrés quedó triturando la vida en una sola locura que comenzó en vesania y culminó en enloquecimiento total cuando en el frío altercado se intensificó más y más el delirio delirante de creer que la fuerza se le escapa de su alma. La vida, la pasión y el amor quedó en el instinto sosegado del muchacho más friolento de la vecindad. Andrés quedó como el dolor frío y más que eso perdiendo el altercado frío como el desenfreno más frío que el calor más venerado de todos los tiempos. Susana es la muchacha de quien Andrés está muy enamorado, ella tiene salidas con cualquier hombre en la vecindad menos con él. El chico Andrés no se atreve a decir ni a expresar todo el amor que siente por Susana y se atreve a sentir que la vesanía lo enloquece más que antes.
Andrés sólo quiso ser el hombre capaz de amar a pesar de la vesanía que posee su cabeza. Andrés es el loco enamorado, el que quiere y ama a Susana a pesar de todos su desliz que ha cometido en su corta existencia porque tiene apenas veinticuatro años. Andrés es un joven, pero, en el capricho exótico de la ciencia y de la química entre el joven vesánico y la muchacha libertina existe un gran estrecho vacío de amor por parte de ella. Andrés es un joven capaz de atraer la seriedad hacia el instinto suave y delicado en decir y sentir la frescura del alma y del cuerpo sin llevar acabo un sólo amor en su triste vida y en su funesta y aciaga existencia. El vacío del amor siempre lo llevó arraigado entre su pecho y más entre su solo corazón, porque siempre fue un insano vacío y un hombre enloquecido en el solo corazón. Andrés fue el hombre indeleble y más enloquecido de todos los tiempos y malos deseos cuando en el juego del alma y del solo corazón se enternece como la ira y como la fuerza de amar a Susana si ésa es la mujer que él ama enloquecidamente. Andrés desafortunadamente encierra el anhelo y más en el juego del amor sí a veces se torna exasperada la vida y el corazón también en amar a una sola mujer. Andrés siente el anhelo suave y delicado como el suave desenlace de amar más y más cuando en el alma se encierra en el corazón en un sólo deseo en amar sin consecuencias a Susana. Andrés se aferra al delirio suave y delicado de ver en el cielo una bondad fría de enloquecer una sola insistencia en el corazón por amar a ésa mujer de nombre Susana. La vida para Andrés en el alma y más en el desastre en querer amar a ésa mujer se encierra muy dentro de su corazón con todo el amor que le otorga a ella. Andrés sintiendo la osadía más rebelde que ningún hombre en el alma después de amar lo que nunca antes en el juego del sólo corazón, Andrés nunca antes se decidió en amar a otra mujer más que a Susana a la mujer que lo enloquece y más con vesania si nunca le expresa su amor hacia a ella. Susana al salir de la vecindad siempre se topa con Andrés y aunque nunca lo mira con ojos de mujer enamorada sólo siente y presiente que su amor es único e indestructible. Andrés se juega la vida o lo que le queda de vida y de existencia casi inerte, inmóvil y muy delicada en el alma en fuerte desenlace en amar a Susana. Andrés está haciendo y realizando lo que más le gusta y le conviene y que es tocar el piano y ni así ha enamorado a ninguna mujer que le de la suerte en amar a una mujer como a Susana. Andrés sólo quiso amar a ésa mujer de nombre Susana, la cual, se aferró a la única insistencia en ser una mujer libertina que se aferró a la osadía en ser la mujer de todos sin ningún pormenor. La vida y el amor de Susana para Andrés se dedicó a guardar el amor en el solo corazón.
Andrés se dedicó a ser como el hambre y la sed en el alma de Susana, pero, en el trance de la pureza del alma quedó como el delirio delirante en creer en el alma como una costumbre en dedicar la vida y la razón enloquecida. Andrés quedó como el dolor o como el mismo desenfreno en su soledad de vida. Andrés forjó un delirio delirante en poder creer que el trance de la verdad se aferró al frío desconcierto en su vesanía y enloquecimiento de un loco enamorado que se siente como el desafío friolento en nunca expresar su verdad insistente. Andrés quiso ser el hombre más caprichoso de todos los hombres cuando su vesanía lo enloqueció por demás insistencia. Andrés y Susana quisieron ser como el tiempo o como el desafío frío dentro del ocaso o como el insistente corazón. Andrés sintió en la alborada un fuerte silencio por amar a ésa mujer. Andrés se dedicó a ser el hombre más enloquecido de todos los tiempos, cuando en el aire y más en la mentira de ser un hombre incapaz de amar quedó como el ser dispuesto a entregar lo que le quedó dentro de un corazón como loco enamorado. Andrés quedó en la alborada y en un crujiente amanecer, el cual, se enredó la vida y más en el alma y en el corazón una sola razón. El corazón de Andrés arde como el tiempo y más es el corazón cuando en el fuego de la vesania le quema como fuego en la brasa. Andrés quiso ser como el juguete de Susana, pero, en el instinto sosegado y derribando el ocaso frío sólo quedó como saltando la herida funesta en herir la fuerza de voluntad en edificar el tormento friolento. Susana nunca amó a Andrés, sino que fue una soltera empedernida, libertina y muy liberal. Andrés quedó como el pianista del momento soslayando fríamente en un sólo altercado friolero cuando entre sus dedos se gana en desgana la vida tocando piano en un bar cerca de esos bohemias y muy tristes donde está el bolero a corta vena. Andrés lamentando el frío se siente como el pasaje de ida y sin regreso cuando va y viene de su trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Andrés en su locura vesánica quiso ser como el mundo exacto y como el tormento friolento en ser como la única locura en ver al cielo de rica aventura cuando en su ser quiso ser como el aire o como el desaire junto a la vida dentro del celo de la vida. Andrés irrumpe en la más amarga hiel de aventura en la vecindad como siempre buscando la fiebre de amar a Susana. Andrés recordando que el cielo se debate entre notas musicales de un piano sin eco, sin bohemia, sin triste convenio si sólo hace un sonido a grito a voces abiertas. El piano para Andrés lo es todo desde arpegios, acordes y notas musicales que toca muy bien, pero, le falta algo en su labor primordial en ser el pianista número uno del bar más cerca a la vecindad. La vecindad orgulloso de Andrés y de sus logros a corto plazo, pero, muy electrificante en decisión y en fortalezas sólo se aferró al celo y al descontrol de un sólo amor en la vida y fue por el amor de Susana. Andrés sólo quiso ser como el instinto favorito en agrandar su cometido de ver el cielo como las fuerzas en caer dentro de un sólo abismo lleno de estupor y fuerzas como para soportar la raíz de un fuerte árbol.
Andrés fue a su casa en la vecindad y nota que un hombre agrede de manera verbal y física a Susana. Andrés toma por el brazo a Susana y la separa de él. Andrés se enreda a puños y pelea de manera trascendental y salió perdiendo la camorra entre ése hombre y él. La muñeca de Susana, una muchacha bonita, pero, muy libertina sólo logró contar el mal sucedido entre ése mal hombre y ella y Andrés aunque no lo entendió la salva llevando a su hogar. Andrés en su hogar con la locura en vesania y enloquecido de tiempo y espera logra reponerse de los golpes que recibió a causa de la pelea con ése mal hombre. Andrés se olvidó en amar lo que encrudece de tiempo y espera automatizando la osadía y era a Susana la que se convierte en razón inocua. Andrés se convirtió en un pianista de bar de bohemia, triste y muy funesto en el aciago corazón de Andrés. Susana luego del altercado friolento se disculpó con Andrés. Andrés se eleva hacia el mismo instante frío cuando es el pianista número uno del mundo entero. Un pianista sólo se debe a su piano y a su arpegio o a su acorde con notas musicales sobresalientes, cuando en el suburbio automatizado de Andrés se identificó sin calma y sin alma destrozando la furia entre sus dedos en el piano. Andrés subió el umbral del bar a cantar y a tocar el piano maestro entre sus propios dedos, cuando en el enjambre de una aventura cruel y muy certera quedó Andrés pensando e imaginando en aquel cruel y débil altercado entre ése hombre y él. Todo porque Susana admite y acepta a un hombre así en su vida porque ser libertina no significa aguantar a un hombre atacante. Andrés es un pianista de bohemia y de funestos boleros que él canta y toca con el piano en un bar cerca a la vecindad. Andrés es la fuerza y la esperanza en ser un pianista de bohemia, trascendental y muy popular en el área del bar de bohemia.
Una noche cuando llega cansado del bar de bohemia de cantar y tocar el piano, el loco enamorado de Susana recibe la inesperada visita de ésa chica que a él le encanta, sí, de Susana. Susana está en la entrada de la casa de Andrés en la vecindad que los vio crecer y hacer de un hombre y una mujer. Los dos se acompañan en sus penas directas e indirectas y de sus dolores que comenzó a edificar el tormento en hallar a un hombre solo, susceptible, y muy enamorado de ésa mujer de nombre Susana. El pianista sacó su piano y cantó y entonó una canción de esas fugaces que te cortan las venas por su intensa intensidad del amor y de la búsqueda del amor en un momento irreal e inerte en que el tiempo no caduca ni expira sino que se renueva en el alma y más en el corazón cuando sabes que el tiempo que pasa es el tiempo que no se recupera. Susana estaba decidida en dejar escapar el amor por ser tan libertina y aquél hombre la tenía encarcelada entre unos fuertes brazos que no la protegen. Susana quedó como el frío tormento o como el delirio delirante en quedar atrapada, encadenada, atada de manos y pies, y muy enjaulada como si fuera un pajarito. Susana pide ayuda con ojos llorosos, con pena en el corazón y con extraña ayuda para salir del trance y del percance que está a punto de suceder sino busca ayuda con la fuerza que influye ése hombre sobre ella. Susana morirá o querrá vivir, pero, el loco enamorado de la vida, el loco perdido en la vida, el tonto y lerdo y al que ella no le gustó nunca, sí, a ése loco enamorado de la vida, de la pasión, del bolero de bohemia, del hombre del piano en el bar de bohemia donde guarda el más celoso de los mejores tiempos, el cual, hizo abrazar a muchas parejas con su piano, con su bohemia y sus boleros corta vena.
Andrés quedó como el dolor frío y como el tormento friolento, como la nieve sobre su piel, como el hielo en el congelador y como el dolor frío porque cuando miró a Susana, sólo miró la herida, lo compungido de un corazón, el corazón roto y lleno de lágrimas de dolor. Los ojos de Susana quedan adheridos al dolor y se aferró al frío inestable que siente cuando miró a los ojos de Andrés y él asintió con la cabeza y ella se recostó llorando en el hombro de Andrés con el dolor en el alma. El loco enamorado quedó tan enamorado de ésa mujer y que siente hasta por los poros de cada sudor frío de esa noche friolenta con Susana. Andrés la invita a pasar a su hogar, a tomar un café bien caliente, y hablar del susodicho que la atacó en pleno día del día. La muchacha le cuenta todo al respecto del susodicho con ella. El consejo que le otorga Andrés a Susana es que el silencio mata y ahoga, que la manera que ella es tan libertina la matará algún día porque eso no era bueno para mujer tan bonita, cualquier se puede aprovechar de ella, ella lo entendió porque ha pasado por ello y con unos cuántos hombres. Andrés le explica cómo poder librarse de ése hombre y ella decide en buscar ayuda profesional, pero, en un silencio autónomo y que nadie se diera cuenta ni el mal hombre que la ataca. Andrés se va enamorado más como un loco enamorado de Susana, la vesania y la locura de Andrés lo hacen ser un muchacho lerdo y tonto, pero, en lo peor su locura va corroyendo más y más a su mente, conocimiento y memoria. El loco enamorado va y va, más y más a tocar el piano y a cantar en el bar de bohemia donde halla lo que nunca paz, sosiego, calma y tranquilidad. Es la paz que nunca hallará en ningún sitio ni apenas en su solo corazón. Susana está explícita con Andrés, no lo ama y no lo quiere, pero, él tiene esa pequeña, corta y muy débil esperanza que ella logre amar algún día. Andrés, sí, el loco enamorado de la vida, de la pasión de la mujer prohibida de nombre Susana, quedó atrapado, encarcelado, atado, enjaulado, pero, en el corazón de Susana. La locura de Andrés quedó atrapada, enredada y atada dentro del cuerpo, los ojos y el silencio de una mujer tan bonita como Susana. Susana sabe y se da cuenta que el hombre de nombre Andrés está enamorado de ella, con tan sólo mirar a los ojos, ojitos que se derriten por el amor de ésa mujer llamada Susana. El loco enamorado de la vecindad donde conviven todos por igual, se siente como el desafío o como el friolento comienzo sin terminar sus vidas. El loco enamorado va y va, más y más a enamorar a Susana, pero, no queda más que el deseo de estar tan loco y tan enamorado de ésa mujer de nombre Susana. Andrés toma la taza de café junto a la mujer de nombre Susana, él la calma, la aconseja, la consuela y la acompaña en su dolor, pero, se lo dice y se lo explica que si no lo acusa o no lo lleva a condena ése hombre libre en la comunidad puede que llegue a matar a su corazón sino toma las medidas de precaución.
Susana sale del hogar de Andrés. Andrés y Susana se despiden con un beso en la mejilla. El loco enamorado se quedó con la vida, la pasión, la ilusión y la emoción en camorra y en un frío altercado entre el amor, la vida y el corazón enamorado. El loco enamorado y con toda vesania, insania y locura sólo lo va llevando hacia una magia candente de creer en el amor a toda costa y en sentir el amor en el solo corazón. El loco enamorado se dice que cuando pasará otro rato de igual de hermoso junto a ésa mujer que él ama con todo su corazón, pero, el bar de bohemia, su trabajo, la vida real y la cordura lo esperan en el sentido común y en sentido coherente y sin ser el loco enamorado de la vida, de la pasión, del corazón y más de la mujer de nombre Susana. El loco enamorado quedó loco, lerdo y tonto, pero, no sin trabajo como el pianista más codiciado de todos los tiempos cuando él solo desea y quiere unir a parejas en el amor con sus boleros de corta vena y que él canta y toca con el piano para alegrar la vida y el corazón roto de algunas parejas en discusión. La vida comenta, las gentes murmuran, y las personas con habladuría maltrecha, hiriente y dolorosa comienzan a hablar mal de Andrés y de Susana, si ya de ella hablaban mal, pero, comenzaron a echar candela por la boca los mismos vecinos de ambos en la misma vecindad. Andrés y Susana se despiden, sin antes fraguar el acometido de un porvenir que se aferra a la sola idea de creer que el tipo que la ataca es de armas tomar cuando en el afán de vanagloria y de superstición se aferra a la idea de enfrentar lo ideal con ése hombre. Susana le teme a ése hombre, pero, en el fondo ya lo conoce y muy bien. El hombre fue el hombre de Susana cuando en el fondo de todo se aferró el deseo de entrever la sola razón cuando en el instinto se siente como el deseo feo y pertinaz. El hombre se siente feroz, atroz y veloz en el comienzo de dar un sólo mal paso con el amor de Susana. Andrés y Susana se sienten como dos jóvenes con locura y que apenas se conocen en el alma y más en el corazón lleno de ansiedades nuevas. Andrés consuela a Susana y en su total locura la va llevando hacia el destino friolero y tan friolento de ver el cielo de flavo color como el mismo color anaranjado y veloz como el tormento. La vida de Susana corre peligro con ése hombre que la acecha y que la ataca en un tormento frío y tan friolento como lo es soportar y aguantar toda fuerza de una fuerza bruta de un mal hombre. El hombre fornido y corpulento se vio como el entrelazamiento de un grave error en sentido adverso cuando Susana quedó como el suburbio autónomo de creer en el desierto frío y tan friolento como el desastre en querer que su vida acecha y ataca a la mujer más libertina y libre de toda la vecindad. Susana la chica libertina y libre decide ser el alma de su propia existencia y en ser como el suburbio autónomo de una chispa en poder creer que en su deleite se aferró al desaire y al combate de una sola mala insistencia cuando en el silencio se dio el más gran tormento en que la vida se siente como lo más vil. La vida para Susana quedó adherida al desconcierto frío.
Andrés quiere consolar más a la jovencita de apenas veinticuatro años, pero, en el alma y en el corazón ya estaban heridos y compungidos por tanta mala espera en poder creer que ése hombre le hace un mal irreparable a Susana. Susana le hace un mal a Andrés, cuando ése hombre cree que es el amante de Susana y se van a reencontrar nuevamente en la espera adyacente de creer en el alma y más en el corazón como fuente de esperanza única. Susana comienza la única espera inesperada en hacer creer que el mundo es artificial y no real. Susana y su mundo son la fantasía más irreverente de creer en el alma y más en el corazón cuando en su solo camino se aferra al frío desconcierto en dar una comitiva de miedo y terror. Susana cree que ése hombre arremete contra ella y que la ataca con demasiado ímpetu, cuando en el alma y en el corazón se siente como el suave y delicado trance directo e indirecto de una sola verdad de que Susana está en total peligro. Andrés desea consolar a Susana nuevamente, pero, en el fondo sólo desea amar a Susana como toda mujer de un buen hombre. La mujer sintiendo en su regazo un sólo tormento en fraguar el débil amor que siente ahora por Andrés, el pianista de bohemia del bar cerca de la vecindad. Andrés decide que el universo da lo que no da y que empieza a alterar lo más miserable de la vida, un reflejo del espejo donde se cuece el alma fugaz y del tormento frío de las venas ardientes y candentes por sentir la pasión entre Andrés y Susana. Andrés y Susana se sienten como el aire sosegado en querer compartir el alma y el corazón en cada día para obtener del alma toda luz. Andrés y Susana se sienten como el paisaje por delante del tormento y tan frío como lo veloz en el solo corazón cuando en el aire siente como el suave desenlace en amar lo que acontece. Andrés y Susana se convierten en delirio fugaz como el tormento frío, pertinaz e irreverente. El amor entre Andrés y Susana se debate entre el delirio frío y lo candente de las venas y de la piel bajo el mismo sol. Andrés el pianista de bohemia del bar cerca de la vecindad ofrece calor, consuelo, y palabras de aliento a Susana por el altercado con ése hombre. Andrés se aferra a la idea en soledad en querer atrapar el amor de la chica libertina de Susana. Susana es una muchacha libertina y con tanto libre albedrío en su vida que comete el peor de los errores en la vida. Susana quedó como claramente que la libertad se otorga después en ser libertina como el mismo aire que sostiene el alma y más en el ocaso inerte de un flavo color en el cielo. Susana pudo saber una sola cosa y es que el aire entrega y se siente la libertad entre la piel, la razón y el corazón. Susana quedó debidamente fortalecida con el consuelo, afecto y apoyo por parte de Andrés. Andrés, un pianista de bohemia y de canto de boleros y tocando el piano con notas, arpegios y acordes de un piano excelente y de la manera más eficaz en tocar el piano es el pianista Andrés. La vida y la forma más atrayente de atraer la forma más eficaz del tormento del amor entre Susana y Andrés se torna exasperada e intrínseca. Andrés con locura y vesania por la vida, por el piano, y por la excelente vida quedó marcando la era y la primavera en demostrar que el recelo de la vida quedó marcando un éxtasis sin bifurcar la forma ni la manera de creer en la sola razón ni en el corazón como flecha de cupido en el corazón. Susana bifurcando entre el alma y el corazón quedó sin ser tan libertina sino que la vida atemorizó de espantos cuando en el alma y más en el reflejo de su alma teme por su seguridad y por estar en peligro con ése hombre que le llama mujer. Susana y ése hombre se vuelven a ver en el trance directo de la única verdad que empieza y comienza a ser como el altercado friolento o el más fríos de los malos encuentros. Andrés y Susana quedan con un pacto real y de un sólo impacto cuando en el alma y más en el corazón se debió de atraer lo más pernicioso de todos los tiempos en un comienzo sin ése hombre que le hace tanto mal. La vida de Susana quedó como el mal trance y como el deterioro vivido de un mal trance cuando su libertina vida no la dejó vivir más. El hombre la forzó a lo que ella no quería jamás en su vida ni en su existir. Prácticamente ha violado a Susana en un ambiente hostil, vil y tan hábil como haber sido capaz de violentar su cuerpo, pero, el pacto entre Andrés y Susana le petrificó el alma y más el corazón de creer en el combate de dar una sola salida perniciosa y por un ritmo caudaloso entre el hombre y ella. El pacto de Andrés y Susana no funcionó sino que quiso ser como el tormento sin sensación cuando ocurrió el mal desenlace. La lluvia que derramó Susana en lágrimas socavó muy dentro de su propio corazón. La verdad es que forjó el alma y la única verdad en que el deseo se aferró al alma y más en la osadía de querer que la verdad fría es que ése mal hombre le petrificó hasta el alma.
Susana y Andrés se reencuentran por última vez. El loco enamorado de Susana nunca le ha expresado ni le ha confesado su único amor a la susodicha cuando el amor quedó como el albergue en crear lo que se ha otorgado: el amor en silencio entre ambos. Andrés quedó como el mal tiempo y como el celo hacia una mujer que ama más que a su piano de bohemia. La vida enternece y le pertenece a la vida misma cuando en el aire succiona lo que queda en la piel: los poros abiertos. Susana le advierte a ése hombre que la deje en paz y que no la atosigue más. Cuando el hombre más apretó la fuerza, lo fornido y lo corpulento que es para con Susana. La vida de Susana debió de creer en el temor y en el miedo petrificador de un amor a consecuencia del amor forzado por ése mal hombre. Susana y Andrés se toman de la mano sin ni tan siquiera sospechar de ese amor en silencio y se juran que el amor lo es todo para el corazón enamorado. Tanto Andrés y Susana se juran que el amor lo es todo. Andrés como loco enamorado de Susana sin apenas expresar la verdad a Susana por su eterno amor, la vida se detiene y no quiere soltar la mano a Susana. Mientras que la vida y el tiempo pasa, no se detiene el amor en el corazón entre ambos jóvenes. Andrés no le perdona a la vida que llegara demasiado tarde al corazón de Susana, cuando a la verdad que nunca le ha expresado el verdadero amor en su solo corazón. Andrés sólo ama a Susana como la mujer más bella, libertina y más libre que el mismo aire en la piel. Susana quedó como el aire sosegado, en silencio y tan frío como sus manos entrelazadas entre las manos de Andrés. Las manos entrelazadas entre ambos jóvenes están muy frías por el tiempo de invierno en que se hallan los dos sentados en un banco de la vecindad. El invierno si deshace el frío sino que lo concentra más y más cuando en el aire se da todo el aroma de los cabellos de Susana y eso le agrada a Andrés. Susana se despide de Andrés con el amor en el corazón si ella en el capricho exótico de creer en el trance directo de saber que el instinto es suave y delicado de ese amor se contempla la sola ira de entrever la sola razón. Susana se despide de Andrés cuando el amor y la pasión se entrelazan en un sólo acometido de caer sobre el silencio autónomo de sentir la fría sensación cuando en el suburbio quedó como el aire sosegado de tiempo y de espera, sí, en el aroma de Susana. Si el amor entre ambos jóvenes se electrizó tanto y por tanto que Andrés persigue a Susana como el loco enamorado de la vida y a consecuencia de la realidad sólo quedó como el mal tiempo frío y con nieve destrozando la vida en un tiempo friolento. La única verdad es que fue como un tormento frío, delicado, y muy aterrado a la vida inestable entre Andrés y Susana. La verdad es que el instinto sosegado se siente como el tormento frío y muy incoloro entre Andrés y Susana cuando en el tiempo se dedicó en la forma más real que el mismo mal insistente. Andrés persigue a Susana cuando ella toma un atajo para llegar a su trabajo desde la vecindad y se reencuentra con el mal nacido de ése mal hombre. Susana va de rumbo en rumbo hacia su trabajo, pero, ella siente que alguien la persigue de sombra a sombra. Susana advierte temor y unos nervios electrizantes cuando en el alma y más en el corazón se siente como el temor enfrascado de temor e ira. Susana va de camino de frío en frío por el camino friolento más eficaz de todos los tiempos, cuando en el alma y más en el comienzo se edifica más el tormento de ése hombre que la ataca, le agrede y le succiona hasta el alma en golpes y altercados friolentos. Susana se despidió de Andrés con manos frías y álgidas se enalteció más y más cuando en el alma se electrizó de tormento y de raíz de un tallo en que entre ambos floreció una rosa hermosa.
Andrés persigue de sombra en sombra a Susana por el camino más pernicioso, pertinaz y más frío de todos los malos tiempos cuando ése hombre también la persigue. Andrés va de contento a perseguir para expresar que ama a ésa mujer, pero, en el trance directo y más indirecto se torna más evidente de que ése hombre también la persigue desde donde conoció a Susana. Ése hombre la persigue y la mira directamente como poder lograr su acometido frío y tan álgido como el hielo mismo en la piel. Andrés se convierte en trance y eficaz tormento de creer en el combate en dar lo más fantasioso de todos los malos tiempos cuando en el ocaso se convierte en noche fría y el camino a seguir se convierte en delirante delirio. Susana tomó ese atajo para llegar más veloz a su trabajo, pero, de frente a ella, se topa con ése hombre que le hizo venerar el frío, los nervios se apoderan de su sentido y el álgido viento sopló como la nieve cubre en el alma y más en la piel llena de fríos. Susana le indaga -¨¿qué haces aquí?¨-, y el hombre sin premeditar palabra la tomó forzosamente y la tiró al suelo dejando una estela de rastro en el suelo por la arena del camino frío. Susana quedó herida, compungida y malversada de espantos cuando en el tiempo y en el ocaso frío de una noche sintió el desafío frío de una noche triste y muy compungida. Susana quedó malherida cuando en el trance de la sola verdad se electrizó su solo corazón al caer en el pavimento lleno de arena. Susana soslayando en el pavimento se creó la ira, la impotencia y la frialdad de creer en el silencio autónomo en dar una certeza fría cayendo siempre en el altercado y en la camorra fría entre ése hombre y Susana. Andrés se esconde detrás de una arboleda y de un arbusto de trinitarias. La mujer de nombre Susana en el suelo recibe un disparo en la sien cayendo mortalmente en el pavimento por la mano criminal de éste hombre que ella recibía ataques, altercados y golpes. Susana muere con el alma llena de luz, sonrisas y felicidad, porque aunque conoció el amor tarde fue libertina y tan libre como el aire y como el viento. Susana quedó como el deseo hecho verdad cuando en la insistencia de dar una sola e imperfecta serenidad quedó como el sortilegio amando como nunca a las manos de Andrés. Andrés con un sólo grito detrás del arbusto de trinitarias quedó como el hombre amando a una sola mujer de nombre y llamada Susana. El hombre escucha el grito y lo busca con el arma poderosa con la que mató a Susana. El hombre debió de creer que era un animal, pero, no, no quedó satisfecho con el grito que escuchó a lo lejos en el arbusto de trinitarias. Andrés como el loco enamorado sale en defensa de la mujer, tarde, pero, muy tarde, porque ella murió en el acto después del disparo de ése hombre. Andrés sale en defensa de ésa mujer por la que le entregó alma, vida y corazón, pero, falleció por un mortal disparo en la sien. Andrés petrificó su alma y su corazón buscando un testigo entre ése mal hombre y por la muerte de Susana, llevando en su interior una forma y manera de creer que él quiere y desea vengar a su único amor. Andrés y ése hombre se enredan en un frío altercado donde el alma y la vida se enredan en una cruel y más terrible camorra. El pianista de bohemia tocó con sus propios dedos el piano, recordó al bar de bohemia, a las canciones de bohemia, y la gente bailando sus boleros de bohemios en aquel bar cerca de la vecindad. El pianista de bohemia quedó como el triste bolero bailando en una sola loseta, pero, el altercado frío y por demás se dio cuando el hombre con arma letal en mano se enredó entre un frío altercado y entre golpes y puños se edificó el mal tormento que el mal común que los aqueja es por la muerte de Susana. El hombre quedó insistiendo en terminar con el único testigo de un crimen cometido por su propia mano letal y tan mortal.
Andrés como el loco enamorado de la vida, de la pasión y de la virtud de una sola mujer que comenzó a amar desde que la conoció en la vecindad quedó como el silencio autónomo. Andrés quiso y amó a ésa mujer de nombre Susana desde que fue vecina de la vecindad, pero, en el altercado frío en ser libertina como la libre libertad le impide expresar su sólido amor a ella. Susana comienza a salir con ése mal hombre hasta que le causa la muerte fría y violenta de un mal hombre celoso de la vida porque ella entrelazó sus frías manos con Andrés sentados en un banco de la vecindad. Andrés logra atrapar a ése hombre con arma letal en mano en su propia defensa cuando el hombre se le lanzó encima a pelear quedando como el mártir de la película ante la policía que llegó en el momento en que se disponía a atrapar a ése mal hombre. Andrés fue a parar a la cárcel o prisión cuando en su suburbio quedó automatizado por la espera de que alguien le creyera a él, pero, no hubo redención ni mucho menos condonación para un hombre que supuestamente mató a Susana. El hombre prosiguió con la misma conducta hacia otras mujeres hasta que por fin cae preso en la misma prisión de Andrés. Andrés sabe que el hombre se encuentra en la prisión donde está él mismo, cuando Andrés se dice que -¨soy un loco enamorado¨- y mata en la cárcel a ése hombre y se dijo que -¨si voy a estar preso que sea por algo verdadero¨-, y Andrés le propina un golpe mortal con daga a ése mal hombre en la prisión.
FIN
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 19 de noviembre de 2025 a las 03:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4

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