Mi padre el Samurái

Carolina Ugas Pazos

Samurái en la lengua

del Imperio del Sol Naciente

significa servidor.

 

Mi padre sirvió bien

al Daymio Hinomura,

dio su vida por su señor

y cubrió de honor

mi apellido y mi clan.

 

El hombre que le dio muerte

vino a casa con su katana

y se la entregó a mi madre,

viuda con tres niños pequeños,

yo el del medio.

 

Pidió su perdón

y antes de dárselo mamá

sólo preguntó:

-¿Lo mató con honor?

Y el desconocido respondió:

-Si, le quité la vida de frente

nunca por la espalda

y en batalla.

Yo peleaba por mi honor;

él por el suyo.

 

Mi madre lo perdona

con una condición:

Que se quede en casa

cuidando de nosotros 

tal y como lo haría su marido

hoy difunto.

 

Aquel hombre aceptó:

trabajaba como guardaespaldas

para darnos de comer y sufragar

los demás gastos de la casa

un buen día lo vi entrar, 

con el permiso de mi madre,

en la habitación que fuera de mi padre.

 

Para nosotros era alguien muy extraño

hablaba muy bien nuestra lengua,

pero era un bárbaro

británico de piel muy blanca,

pelo rubio y ojos azules.

 

Algún tiempo después

mi madre y él tuvieron una niña

mi hermanita era rubia como él,

con los ojos rasgados de mi madre

pero azules como los de aquel samurái.

 

Siempre fue un guerrero destacado,

nos enseñó a cuidar de la casa

y de nosotros mismos,

pero también nos enseñó 

a cultivar el húmedo suelo

donde el arroz, el té y los cerezos

prosperan sin prisas.

 

Cuando murió, enfermo de ancianidad,

nos legó todo lo suyo:

su katana, sus preciosos quimonos,

sus espadas sais

y las esplendidas armaduras

de mi tío, mi abuelo y mi padre,

dote que le dio mi madre

al casarse por sus leyes

y las nuestras.

 

Debo confesar que su muerte

me dolió más que la de mi 

propio progenitor,

incluso la de mi madre

muerta unos años atrás 

de enfermedad en sus pulmones.

 

Es indiscutible

como la vida nos sorprende

a cada paso que damos,

a cada golpe de nuestras armas

en el camino del Bushido

el camino del guerrero.

 

Nunca pude sentir odio

por alguien que trabajó para mi

y me llenó de amor y valentía,

el samurái blanco

y padre de mi hermanita.

 

OLLIN

17/11/2025

 

 

 

  • Autor: Ollin (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de noviembre de 2025 a las 13:18
  • Comentario del autor sobre el poema: Siempre me ha fascinado la película El último Samurái y anoche la volví a ver, y anoche me gustó más que de costumbre.
  • Categoría: Perdón
  • Lecturas: 2
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