Hay algo que se esconde

Hay algo que se esconde
en el borde silencioso de cada día,
como un susurro que la vida pronuncia
solo cuando nadie mira.
Es una brisa que pasa desapercibida,
un hilo de luz que se quiebra
en la esquina más tibia del alma.

Hay algo que se esconde
en los pasos que no dimos,
en los caminos que miramos de lejos
creyendo que no eran para nosotros.
Late ahí, paciente,
como un fuego pequeño
que sabe que un día
vamos a necesitar su calor.

Hay algo que se esconde
en la tristeza que no contamos,
en la sonrisa que fingimos,
en el abrazo que damos
para no confesar un miedo.
Es un eco suave,
una palabra que se quedó a mitad,
una verdad que prefiere esperar.

Hay algo que se esconde
en la forma en que miramos al cielo
cuando queremos respuestas,
y también en la forma
en que bajamos la mirada
cuando tememos encontrarlas.
A veces se oculta en las lágrimas,
otras en la risa,
y a veces en ese silencio incómodo
que parece no decir nada
pero lo dice todo.

Hay algo que se esconde
en el tiempo,
como si el propio destino
jugara a las escondidas con nosotros.
Es un misterio antiguo,
una señal que no siempre vemos,
un camino que se revela de a poco,
con paciencia,
como si la vida supiera
que las verdades más grandes
no se entregan de golpe.

Y hay algo que se esconde
en vos,
en tus dudas,
en tus ganas,
en ese brillo que llevás adentro
y que a veces olvidás mirar.
Es tu fuerza, tu miedo, tu deseo,
y también todo lo que vas a ser
cuando te animes a abrir la puerta
que todavía no abriste.

Porque todo lo que se esconde
no es para ocultarse para siempre:
solo espera el momento justo
para salir del silencio
y convertirse en historia.