El libro del Señor estaba abierto,
lleno de amor bendito,
que me indicaba cómo llegar al paraíso...
Allí pude contemplar mi designio,
con qué alumbramiento...
irradiando mi propia luz desde adentro...
Y florecía mi entendimiento,
del amor que no declina, que siempre es el mismo,
junto a Dios misericordioso...
Nunca supe la hora, ni el exacto momento,
de lo que fue tan hermoso,
y poeticé a su amor que ilumina el universo...
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Autor:
el brujo de letziaga (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 16 de noviembre de 2025 a las 01:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, alicia perez hernandez

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