Vivimos, subsistimos, bajo un signo maldito
Y que es el de la productividad,
Generalmente para beneficio
De otros y por lo cual
Nos dan una
Limosna.
La materia prima de la vida, decimos,
Es el tiempo, aparentemente
Igual para todos pero que
No lo es en cuanto
A la libertad de
Hacer el
Mismo
Uso de él.
Hay - entre muchos otros – libros como “El derecho a la pereza”, de Paul Lafargue (yerno de Karl Marx), “La abolición del trabajo” de Bob Black e incluso “Elogio de la ociosidad” que demuestran que el trabajo no dignifica a la persona, a ninguna sociedad no solo en las actuales circunstancias, hoy, sino más bien nunca; más bien es el argumento que tienen los vagos, los corruptos y explotadores para vivir del trabajo, el sudor, la sangre y hasta de la salud de otros. Este pensamiento me viene, me llega, al comprobar, con números económicos, cómo cada vez las grandes empresas ganan más así que también cómo los millonarios los son cada vez más a la vez que la clase media desaparece: ya solo hay pobres de solemnidad – o van a ello – o ricos que cada vez quieren más. Otro dato del que me he dado cuenta es que el auge de la ultraderecha mundial no es sólo una cuestión de política, no: También se debe al hecho de que para estos multimillonarios de las grandes corporaciones y multinacionales ya no les satisface esta democracia, este sistema económico tal como está establecido con tantas leyes laborales y derechos sociales que les restan ganancias y, claro, quieren otra Democracia más a fine. ¿Lo entendemos?
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Autor:
Nkonek Almanorri (
Online) - Publicado: 15 de noviembre de 2025 a las 15:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

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