Creo que este es mi tiempo para acabar de asumir que no hay un amor que me esté esperando en esta vida.
Nadie espera amarme.
Todo lo que sueño no se va a satisfacer.
Mi amor es tan grande como para sostenerme a mí misma y a un otro. Al parecer, nunca estuvo planeado por el destino que haya un otro. Está bien, puedo lidiar con eso.
Y como acto de egoísmo, ustedes tendrán que lidiar con los poemas que vaya a escribir sobre las fantasías más románticas desconocidas sobre la tierra.
Aceptaré no ser amada, pero no aceptaré dejar de soñar.
Sentir más allá del cuerpo la luz del ángel que me acompañe, y que me sea devuelto el reconocimiento del alma.
Que los ojos vean los colores y elementos, y el corazón vea el eterno espíritu.
Los hombres solo han llegado a mi superficie; no tengo esperanza de que alcancen la profunda sustancia de mi ser. Sí, así de intenso, molesto y constante es mi amor.
El amor que de mí surge no solo verá una lágrima o la ciudad desamparada; verá quién eres para saber el porqué de tu respuesta, qué has amado o qué te ha dolido, para que el efecto no sea otro más que el manifestado.
Yo no decidí cómo amar o cuánto amar. Así he llegado a la tierra, y parece broma, porque aquí nadie se cree digno de amar.
Qué lamento eterno imaginar que, a los veintiocho, podría levantarme de la cama y saber que ahí estás. Estás conmigo.
Y prepararía café para los dos, y continuaríamos leyendo el libro que comenzamos juntos.
Qué pena.
La sentencia injusta de no poder decidir si quiero o no disfrutar de quién sos.
Despertaré sola y dormiré sola. Y soñaré con alguien a quien amar, y un día me cansaré. Dejaré de soñar.
Y tomaré el café sola, y no tendría a mi lado un hombre a quien reconocer.
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Autor:
__almapulcra (
Online) - Publicado: 13 de noviembre de 2025 a las 13:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2

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