Me decías amigo...

El Amante Solitario

Me decías “amigo”, y por dentro sufría.
Inexplicablemente perdía la calma.
Cómo saber si esto que sentía,
a la postre me dejaría huellas en el alma.

Cómo saberlo, es cierto, si ni siquiera lo pensé.
Apareciste en dolor, escondiendo tu llanto;
por escucharte, me acostumbré a mirarte tanto,
ahora no te olvido, ni tampoco sé si podré.

Dónde estarán esas horas parladas,
donde el tiempo se perdía en tu voz.
Sin darnos cuenta, las horas pasaban,
pero más importaba escucharnos los dos.

Y esas horas de almuerzo, emocionantes para mí,
ahora me doy cuenta de eso: no fue tu felonía.
Solo fui compañía del miedo a la soledad en ti,
mientras yo, estúpidamente, todo lo confundía.

Quizás, por los años sin querer saber del dolor,
se abrió en mi ser esa puerta al amor cerrada.
Al abrirse mi corazón vio una luz con fervor,
y se cegó: era el resplandor de tu mirada.

Pero duele más tu indolencia mezquina;
no se desprecia un amor si es sincero.
También, si no se ama, se puede decir: “te quiero”,
al “amigo” que te esperaba paciente en la esquina.

Pero la vida es así, a las cosas indolente;
todo cambia de la noche a la mañana.
A veces te veo pasar, con mirar indiferente;
recuerda: el orgullo también al corazón engaña.

No sabemos cuándo, el tiempo es ingrato,
pero llegará el día en que todo quede ahí.
Mi temor es que el destino, sin previo trato,
te haga vivir un día… lo que vivo por ti.

  • Autor: El Amante Solitario (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de noviembre de 2025 a las 18:08
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
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