Perdóname amor…

Perdóname amor…

Perdóname amor, sentir esta pasión por ti y seguir amándote,

Amándote con toda mi alma y sentir tu corazón junto al mío y con sus latidos 

que se unen a los latidos del mío al mismo tiempo, para no dejarnos morir

quieren sentir vida, la vida que nos une, para no separarnos jamás.

Somos tiempo de un reloj que nunca más marcara una despedida porque 

somos eternos en el cosmos, en el antes y en el ahora que nos mantiene unidos,

Como los rayos al sol, como los ojos de la luna que en conexión nos revela su amor

por qué nunca se separan y por qué no se ven cómo quisiéramos verlos amarse,

pero aun así siguen juntos, ellos son eternos en la inmensidad de la noche y de día,

ellos se aman y se unen cuando hay un eclipse, los junta para amarse en ese momento.

Te pido perdón porque no supe entender todo el amor que me dedicas con tanto amor

en tus hermosos versos, perdón amor, tú eres el poeta, yo soy una aprendiz.

Tu amor sobre paso tu arte de poeta, te volcaste en este gran amor que me dedicas,

desde siempre, desde que sentimos este amor, desde tiempo atrás hemos pasado por todo,

Acepta mis disculpas por no haber contestado con todo el amor que llevo dentro de mí por ti.

yo tuve miedo de mis respuestas y sentía que te perdía, por favor no te vayas amor mío!

¡Quédate, vamos a caminar juntos un nuevo viaje de la vida que nos falte vivir!

Llévame a dimensiones desconocidas y materialízame y quédate con el olor de mi piel

en tu piel, tengamos un insomnio en esas dimensiones que nos desvelen,

para juntar tu cuerpo con mi cuerpo y darnos cuenta la dimensión de este gran amor.

Amor aleja el temor, empieza por dejarme un saludo, como lo hacías antes,

yo no he cambiando en nada, recuerdas la confianza con la que jugábamos?

Sigue siendo igual amor, yo te conozco de antes, y tu también me conoces.

Yo ya no concibo mi vida sin ti, ayúdame vamos a luchar por este amor te lo suplico.

Alicia Pérez Hernández… México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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Eterno en tus ojos

Desde el primer momento que te vi,

una gota de sol se derramó

postrándose en tu rostro.

El tiempo y mi corazón se detuvieron,

sumiéndome en un sueño profundo

donde solo tú existías.

​Mi alma se rebeló

contra la idea de querer olvidarte,

y mi corazón se negó

a dejar de sentir por ti.

Quise darte mi cuerpo,

pero el tiempo es cruel,

y mi alma sería el consuelo que te daría.

​Tu mirada me cautivó,

y supe que nunca podría escapar;

me rendí, caí de rodillas,

y juré que por ti

quemaría la vida misma,

y que mi amor por ti sería

eterno y sin fin.

​En sus ojos,

mi alma encuentra su hogar,

y mi corazón, desgarrado por ti,

como un volcán que erupciona en la oscuridad

sin previo aviso.

​Has hecho que pensara en ti,

volviéndote indispensable para mí.

Álvaro s.