Sonata nocturna, acordes sublimes que elevan el alma,
la abstraes del rudimento cotidiano.
El tempo acompasado glorifica tu existencia majestuosa,
inundas de paz la región de las nostalgias.
Pero el arpegio insiste y el acorde asiente tu deseo de fluir,
provocando que clame la fibra sensible,
¡no culmines jamás!
¡que no llegue el alba aun!
solo la clara luz de tu luna perpetúe ese instante,
como un eterno adagio existencial…

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