Hay almas sin escamas,
que no saben nadar entre colmillos,
ni fingir que el agua no lastima
cuando se tiñe con sangre prestada.
Son los que aún se agitan
ante la risa del poder,
los que se quiebran
cuando la lógica del mundo
exige garras para sobrevivir.
No entienden el idioma
de los tiburones,
ni el arte de devorar
con elegancia.
Su brújula es la ternura,
su refugio, la paz que no está en venta.
Pero el océano no perdona
la piel desnuda.
Y así, se van hundiendo,
como rezos rotos,
como estrellas estancadas
en su fulgor sin furia.
No tiemblan por flaqueza:
es la carne viva
la que sangra ante la furia del mar.
Demasiado humanos,
demasiado puros,
demasiado frágiles
para flotar en aguas turbias.
Pero si ha de aquietarse el mar,
y el murmullo del mundo se calme,
tal vez —
en ese instante sin susurro,
alguien recuerde
que hubo almas sin escamas,
y que la ternura,
aunque no flote,
deja su huella
en la forma de las olas.
–L.T.
11/10/2025
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Autor:
LOURDES TARRATS (
Online) - Publicado: 10 de noviembre de 2025 a las 02:21
- Comentario del autor sobre el poema: Amigos: La ternura no sobrevive en los sistemas, pero sobrevive en quien recuerda.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2

Online)
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