Aunque no te imagines

Aunque no te imagines muchas cosas, 
en mis venas aún fluye tu esencia, 
un susurro leve de tu nombre,
se aferra muy fuerte a mis labios, 
como un fuerte eco en la penumbra, 
que nunca parece que se apaga.

Tu recuerdo lo llevo grabado en la piel, 
cada latido, es un vestigio de tu abrazo, 
la suave brisa siempre murmura tu risa, 
y en las obscuras sombras danzan,
los vestigios silenciosos de lo que fuimos, 
perdidos eternamente entre las estrellas.

Tu boca la tengo impregnada en mi memoria, 
un dulce veneno que embriaga mis días, 
aunque el tiempo cruel se disuelva, 
y los sueños que soñamos se desvanezcan, 
vivo por siempre en la nostalgia de tu mirada, 
donde el amor que te tengo, aún florece.

Tu cuerpo escultural está dentro de mí, 
como un latido que desafía el silencio, 
cada paso que camino en esta vida, 
me recuerda, sin ninguna duda, la huella, 
un viaje eterno en el que persisto, 
como un suspiro a la luz de la luna.

Nada se apaga en este corazón, 
que guarda el eco de tu voz, 
ni el perfume sutil de tus caricias, 
pues la melancolía es un arte, 
una obra en la que persisto, 
aunque todo parezca perdido.

Y al final de cada día, 
cuando la soledad se desenvuelve, 
te encuentro en el rincón de mis pensamientos, 
bajo el manto de la noche estrellada, 
mi alma guarda tu esencia eterna, 
en un rincón escondido del tiempo.