Exponte al aire (realidad)

Zoily Anamilé De la Cruz Zuna

Dijiste que te irías,

y que te llevarías todo lo que era tuyo.

Pero no me llevaste. Y yo era tuya.

Tan tuya como el eco que no se calla,

como la sombra que no se despega.

 

Tu me enseñaste a esperar,

pero yo solo quería que fuera demasiado tarde

para decírtelo.

Para pedirte, por última vez:

abrázame hasta que tu olor se quede en mi carne

y me la pudra.

Que el amor también corrompe,

también fermenta,

también se pudre en ausencia.

 

Ni por la cantidad de millas

que separan mi amor de tu traición podríamos hacerlo.

Pero te amo. Te amo como siempre.

Y siempre diré que eres el amor de mi vida.

Te puedo asegurar que así es.

Lo será.

Porque tocaste mi alma como nunca nadie lo hizo,

como quien toca sin manos,

como quien besa sin labios.

 

Quiero que me beses,

que me muerdas,

que me incendies,

y que yo vuelva a ser ceniza

como me encontraste.

Si tu torso fuera arte,

el canibalismo sería mi gastronomía.

Quiero fumar un cigarro en tu boca,

como quien comparte el último aliento.

 

Dime todas las cosas terribles que has hecho,

y culparé a los demás por eso.

Y déjame amarte de todos modos.

Porque eres mi amor idilio,

mi amor idílico, mi contradicción perfecta.

 

Quiero que mi corazón bese el tuyo una vez más.

Quiero no morir virgen,

y que por primera vez me tomes a mí,

no al cuerpo,

sino al alma.

 

Si pudiera, besaría tu voz.

Esta vez, quiero largarme con el dolor de mi alma,

sabiendo que existe la posibilidad de que se cumpla

todo lo que te pedí en mis poemas.

 

Te amo, Emanuel.

Pero la carga en mi alma,

y el choque brutal con la realidad

de que no has cambiado ni siquiera por mi amor,

me hará matarme otra vez.

No en cuerpo, sino en fe.

No en sangre, sino en esperanza.

 

Toda esta rabia, ¿fue alguna vez amor?

Todo este amor, used to be anger...

una furia que aprendió a hablarte suave.

 

Yo te podía reparar,

o eso creía,

como quien intenta coser una herida

que no es suya.

 

¿Me dejas coquetearte

una última vez...?

con el corazón en la boca,

sangrando ternura,

como si aún creyera que me miras

 

¿No es hermoso no ver?

No saber,

no entender,

solo sentir.

 

Entre más brillante sea mi luz,

quizá más oscura es la sombra

que tú proyectas.

 

Esta cosa llamada amor

no siempre salva,

pero yo te vi solo,

y pensé: yo puedo arreglar eso.

I can fix you

  • Autor: Hora celeste (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de noviembre de 2025 a las 15:36
  • Comentario del autor sobre el poema: Si un beso tuyo me quema las ansias de saberlo, imagina lo que hace cuando no es conmigo. Porque cuando me enteré que un beso tuyo —uno solo, máximo, mínimo, pero no mío— fue el que me mató al final del cuento, entendí que no siempre la muerte viene con balas, a veces viene con labios que no te eligen.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 10
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Poesía Herética
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