Qué sentido tiene lo que hago...
La estrella cae del cielo
y el ruido marrón del coche
me sumerge en la contemplación
de la batalla que acontece
a aquellos que llama Dios.
Solo soy un hombre caído,
pecador.
Al que le tira la lujuria
y su muerte.
El semáforo me da paso.
Cruza una rata.
No sé si he atropellado a un sapo.
O a una rana.
Ardo en deseos de ella.
De sentirme dentro de su piel.
Manjar aterciopelado...
Y derramar toda mi hombría,
ese instinto que compulsa
a seguir el berreo de su corazón,
de su sexo...
Pero algo en lo que estoy dentro
llama y empuja a lo alto,
quiere ese cielo prometido,
verídico...
Un pecado en herencia.
Un cuerpo manchado.
Y un hombre que redimió
y abrió las puertas de lo más alto...
No quiero declinar la invitación,
¿dónde se ha visto que un amo
sirva a su siervo?
Así es el que me dio la vida
y la libertad de elegir.
Su salvación
o perderme en la rebelión
con los ángeles caídos.
Elegir la esclavitud de su libertad.
O la libertad de esclavizarme
en un fuego perpetuo
con aquel que me envidia.
Vender mi alma
al que siempre me ha perseguido
ofreciéndome trofeos inalcanzables,
meros fantasmas vanos
que él inventaba...
para robar los talentos del alma
que mi Padre me regaló.
Dame una señal, por favor,
te lo pido.
Auméntame la fe
porque soy débil.
Auméntame la fe
para aferrarme a tu fortaleza
sin dudar
y así ser fuerte
en ti,
contigo.
-
Autor:
alegazpa (
Offline) - Publicado: 8 de noviembre de 2025 a las 12:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.