Supongo que debería dejar de pensarte,
como siempre, sin poder olvidarte.
¿Cuándo empezarás tú también a mirar,
en vez de dejarme solo, sin hablar?
Hay algo en tus ojos que me condena,
me hace sentir culpa, pena ajena.
Por quererte en silencio, sin razón,
me castigo con mi propia confesión.
Cuando estás con él, sonríes tranquila,
yo finjo reír, aunque el alma vacila.
Esta es una canción que jamás oirás,
una verdad que nunca sabrás.
Sé que suena tonto, lo admito al fin,
soy demasiado tímido para ir hacia ti.
Tu risa ilumina, tu voz me desarma,
mientras yo me trago lo que mi pecho alarma.
Caminamos la nieve, todo es gris,
te digo “debo irme”, tú no oyes mi raíz.
Hablamos de otros, de nada esencial,
cuando el silencio grita algo real.
La historia se repite, siempre igual,
me haces esperar bajo un cielo invernal.
Vamos, cariño, no finjas más,
el tiempo se escapa, no vuelve atrás.
Esta es mi canción, mi forma de amar,
para una chica que no sabrá escuchar.
Y aunque mi voz tiemble, aunque no me atreva,
mi corazón te llama… y tú no lo llevas.
-
Autor:
Filem (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 8 de noviembre de 2025 a las 01:57
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.