Bienvenido seas

¡Cierra la boca ansiedad!
Que me carcomes de noche y día
¡Cierra la puerta calamidad!
Que entras de tarde por el Estigia

Desde el norte su rugir no cesa
Y desde el sur su seguir no para,
Será la sangre que corre y canta
Y que a las infieles almas tortura

Será el arpa del tumulto de gente
Que reina en desesperanza,
Será la treta del santo reverente
Que hunde su cabeza en labranza.

Pues con lisonjas y serpientes
Corona su reino infranqueable,
Que por milenios resplandece
Sobre un escollo sin sustentante

Donde mil siervos se condenen
Gritando con las cabezas torcidas,
Donde los cielos se adormecen
Por sus columnas hechas trizas.

Con sus lágrimas que se rinden
Mojan su áspera piel quemada,
Con sus labios que se parten
Por falta de su palabra coronada.

Ellos son los primeros sin sentidos
Y serán los últimos quemados vivos,
Ellos serán los reyes consumidos
Y gobernarán sobre nada y vestigios.

Pues cual Leviatán que se despierta
Me mira con maldad flameante,
Es Gerión convertido en una piedra
Con las piernas de serpiente,

Que por siempre han de suplicar
Con alas de este mismo mal,
Que eternamente han de volar
Sobre abismos sin piedad,

Y sobre todo esto su voz
Cruda, pero cortejante sonará,
sobre los mantos hablará
Cual ángel caído te quebrantará:

 “He aquí la vida se desprende
Y las pasiones se han de quemar,
He aquí que la esperanza sigue
A un reino donde no regresará.”

Y del oeste desde la montaña
Donde el volcán tiembla y dispara
Cenizas y fuegos como alimaña,
Un grito, un desaire me abraza:

“Nada y corre sobre ríos de lava,
Perpetuo será tu lamentar,
Canta y danza sobre rocas añejas,
Que tu alma ha de gozar.”

Y junto a esto un letrero lastimero
Pintado de rojo y hecho con oro,
Que con desdén del cordero
Me susurra al oído con un rezo:

“Abandona toda esperanza y afán
Eme aquí no soy satán,
Sino al que oraste e intentaste amar
Diciéndome “tenme piedad”,

Y ahora, hijo mío has de enfrentar
Un infierno perpetuo que escribirás,
Pues como tú has ignorado mi hablar
Ahora yo ignorare tu siempre llorar.”