ECOS DEL AMOR
Es el vértigo del alma en poesía,
la velocidad del rayo en la sangre.
Es la armonía que despierta el día,
un susurro que todo lo cambia.
Revelación íntima, un dulce fuego,
perfecta sintonía de dos respiros.
Es el néctar que se bebe del riego
de lágrimas que ablandan los suspiros.
Es la danza que no termina, vida
que en otra vida su raíz profunda.
Gravedad que a su centro convida,
comunión de la carne con la hondura.
Y es, al fin, en el sueño más largo,
el eterno reencuentro del abrazo.
– LMML.

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