La vejez de la juventud
Me siento joven.
Aquí todo pasa, y hace parte del remar.
Me siento joven.
La piel se me aridece y se cura en segundos,
como si el tiempo
me hubiera mostrado la película
del mar y la sequía.
Me siento joven.
Se me encasquilla la mirada
en ver a Natanael, Mirio y a Sofía
en cada poro de mi amor,
y la beso en la mustia viva besándolos a ellos,
y mientras me pregunto si besarla.
Me siento joven.
Mi vejez se burla de los mismos mares
y me llueve desde el mejor árbol.
La vejez sí cae,
y me sienta a pensar,
a dudar de mis paredes,
porque, al igual que el camino de las lágrimas que baja
hasta mis pómulos,
se pregunta cómo cayó desde tan alto.
Me siento joven.
Terriblemente joven.
Resulta casi divino envejecer en la barbarie,
y, en su punto álgido,
cuando cae la luna y se debe remar,
sentir la muerte y apreciar
lo poco que hay
desde el nacimiento.
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Autor:
Roan Rojas (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 4 de noviembre de 2025 a las 17:32
- Categoría: Triste
- Lecturas: 2

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