Te juro que ya estoy fenomenal,
que duermo solo y ronco sin remordes,
que tus adiós los vendo en los acordes
de un tango viejo y medio criminal.
No lloro, no, qué va, soy racional,
me sobran piernas para mil desbordes,
y si te nombra el vino, no te asombres,
que fue un mal paso, cosa eventual.
Ya ves, la vida sigue, yo respiro,
me río de tu drama y de mi tiro,
le guiño al mundo, juego al indiferente.
Pero al cerrar el bar, sin escenario,
mi orgullo se emborracha en el armario
y a solas te menciona, suavemente.

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Comentarios1
Aplausos, aplausos. Me encantó tu soneto. Felicitaciones.
Que tengas una buena tarde.
Ruben.
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