Indícame las coordenadas
anótame las prohibiciones.
No debo ir a contemplar tus pupilas
y descubierta, adherirme a tu piel
hasta que me fecunde y nos explote
un orgasmo de congoja espiritual.
Me quedaré sola, con la quimera de lo que sientes:
un bosquejo de lo que es... la vidorria de tu muerte.
Te cuento, que de tanto en tanto, mi sonrisa sonríe
columpiándome en la fantasía de que me quieres
como la niña que, en su vaivén, mira el cielo
y cree que puede volar -y vuela-
junto al colibrí dorado
que siempre va con ella.
Te sueño, te traigo, te quiero, nos poseemos.
Me deleito con tu sudor añil y tu alma pálida
y de esa ilusión construyo castillos de arena.
Toda vez que la espuma de las olas lo llevan
con paciencia religiosa -atemporal-
el siguiente vuelvo a levantar.
Te amo, creo que sí, solo en eso quiero creer.
No sé si es tan cierto, pero es mi verdad y lo único
que da un sentido puro a ésta, mi subsistencia.
Lo terrible -cariño malo- no es esta distancia
sino es que sin verte ya me acostumbré
a la poética certeza de tal duda vital.
Ambos lo sabemos: este fuego
-que nunca se rinde ni cede-
ya nunca arderá en tu madera
más no, no te apenes que bien sé
que es una especie de tenue fulgor
para nuestras disímiles sombras.
No me busques, que, si realmente te amo,
quiero amarte así, sin riesgo a odiarnos,
aunque confieso que a ratos creo caer
por volver a sentir otra vez
el ritmo hechicero de tu sed azul
desquiciando mis labios
de norte a sur.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
N°1518 – 05.07.2023
Derechos Reservados
Propiedad Intelectual
Protección: Safe Creative
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(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)
Mi Poesía: Cariño malo
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Autor:
P-Car (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 3 de noviembre de 2025 a las 08:57
- Categoría: Triste
- Lecturas: 1

Offline)
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