Llego de vez en cuando y de vez en cuando me voy.
Gracias abuelito por tan bonito soneto,
pero se me ocurre que lo he visto en otro lado,
sé que sos incapaz, ¿seguro no lo has copiado?
Perdón, no quise ofenderte, dijo, un poco inquieto.
Y se fue el botarate sin escuchar mi reto
sospechando que el regalo es un verso heredado
como alguna remera que el hermano haya usado.
Aunque tiene razón, es igualito un cuarteto
y también lo demás. No hay que ser tan exigente,
donde decía Luna ahora se leerá Enzo,
no imaginará que antes lo hice para su hermana.
Lioso es ser abuelo, lo entendí desde el comienzo
uno debe ser muy justo, astuto e inteligente
para amparar la imagen de seriedad anciana.
(Si vuelve enfadado se arreglará con cariño
sumado a algún billete. ¿Es así, mi lindo niño?)
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
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Autor:
benchy43 (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de noviembre de 2025 a las 11:59
- Comentario del autor sobre el poema: ¡FELIZ DOMINGO, AMIGOS!
- Categoría: Humor
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Alma Eterna, Antonio Pais, Lualpri, Fabio de Cabrales, Tommy Duque, AnnaSerena28, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, Llaneza, Santísimo, Carlos Baldelomar, Éusoj Nidlaj, JUSTO ALDÚ, Mª Pilar Luna Calvo, racsonando, JoseAn100, EmilianoDR, Poesía Herética

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Comentarios3
Eres pícaro abuelo Ruben, se deben divertir tus nietos como me he reído contigo, feliz domingo y cariños
Muchas gracias, amiga Dulce.
Cariños.
Tenés ingenio Ché, me encanta...
Muchas gracias, amigo Tommy.
Abrazo.
Es una joya de humor y ternura entreverada con ingenio literario. Su tono coloquial y travieso, lejos de restarle arte, lo llena de humanidad y chispa cotidiana. El poeta —en voz de un abuelo astuto y algo pillo— juega con la idea de la autoría poética y la repetición de gestos familiares, revelando que hasta el amor se recicla, como los versos o las prendas heredadas. La ironía se mezcla con el afecto, y el estrambote corona la pieza con gracia doméstica: el billete y el cariño como bálsamos de toda sospecha. Así, la obra transforma una anécdota mínima en una escena entrañable de generaciones, donde la poesía, más que escrita, parece contada entre risas y guiños.
Saludos Benchy
Muchísimas gracias, amigo Justo.
Abrazo.
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