Hoy amanecí pensativo en la casa,
pensando en ese día de tu partida.
Aquel atardecer gris que abrazó,
sin aviso, regresaste al cielo,
dejando herido mi pobre corazón.
A veces creo que estarás feliz
junto a Dios, bajo su luz infinita.
Yo, aquí me quede, soy un alma errante,
un muerto que deambula en esta vida,
sin saber cuál será su destino.
Hoy es un día para reflexionar,
lo efímera que es la existencia.
Quizá hoy aún respiro,
pero en un instante, podría ser
una simple materia inerte, olvidada.
Los ecos de tu risa siguen
susurrando entre las sombras.
Cada rincón guarda tu esencia,
y mi corazón grita tu nombre,
en esta soledad que me consume.
Miro por la ventana, busco el sol,
pero sólo hay nubes que tapan la razón.
Camino por senderos de recuerdos,
donde tus pasos se sienten tan cerca,
y mi pecho se ahoga en la ausencia.
Hoy me aferro a los momentos,
cada abrazo, cada palabra.
Aunque el tiempo borre las huellas,
tu amor vive, eterno y sincero,
en cada lágrima que ya no brota.
Quizá un día nos volveremos a encontrar,
en un rincón donde el dolor no pesa.
Hasta entonces seguiré deambulando aquí,
guiado siempre por esa luz que dejaste,
mientras el mundo sigue girando.
EL ERMITAÑO SOÑADOR
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Autor:
El Ermitaño Soñador (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de noviembre de 2025 a las 10:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

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