SOLO UN DÍA A LA VEZ

Pienso cada segundo…

porque si creemos que lo damos todo,

nada parece suficiente.

Porque cuando uno entrega

hasta lo que más duele en el alma,

aún así… nunca basta.

Intentas despertar,

dejar todo atrás,

empezar de nuevo…

y de pronto, ahí está,

esa piedra en el camino que siempre aparece.

Corres para no tropezar,

pero vuelve,

como si el destino jugara a enseñarte algo.

Quiero pensar que son aprendizajes,

lecciones de esta escuela llamada vida.

Pero duele…

y las lágrimas caen,

y el alma, aunque cansada, vuelve a creer.

Son pasos que no se pueden detener,

ni reloj que se pueda parar,

bobadas que se deben vivir,

almas que, aunque no quieran, deben partir.

Porque una vida sin alma

es como caminar sin aire…

solo un día a la vez.