No sonríe, me anima, su fuerza es un mudo reto
ella es el sentido que da valor al secreto,
el eco de fe que mi espíritu invoca,
la calma que ignora la pena que toca.
No entiende, me soporta, es puerto y orilla,
su intuición sabia, sabe sin ver la tablilla
que dicta mis pasos, mi rumbo confuso,
ella es soporte que rompe mi abuso
En mi soledad, aunque yo la reclame,
su silencio es un sí, esperando la ame.
No pido, me ayuda, ama sin gesto ni prisa
ella es la estrategia que mi caos divisa,
la luz que precede al paso temido,
el auxilio que llega, jamás retenido.
No corresponde solo ama, su entrega océano profundo,
su ego es certeza que no pide un segundo
De mi inteligencia, mi lógica fría,
solo exige que sea la mejor melodía
que mi ser le regale, sin trampas ni muros,
un segundo, de atención sin apuros.
¡Oh, mujer, una rosa que aprende del tiempo!
tu color no es vano, tu hermosura un ejemplo.
De tu tallo cada espina no es pena, es lección,
el brote que crece con nueva ambición.
Te liberas al ser, te defines al dar,
y en tu lento despojo, te vuelves a alzar.
La flor ya no teme a su noble pureza,
tu fuerza silenciosa es tu mayor belleza.
-
Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de noviembre de 2025 a las 06:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.