Niños de cempasúchil

Vuelven jugando entre pétalos dorados,
con hilaridad serena y esponjosa,
párpados suaves, pictóricos, lúcidos,
y de náutica sonora de altamar.

Ausencia convertida en múltiples mares,
inmensidad de pétalos dibujados,
diversidad de cantares y guitarras,
con sinfonía blanca, verde y morada.

Danzan sobre las letanías del canto,
se entrelazan con la memoria y el llanto,
cada noviembre el sol los manda a llamar,
y entre plegarias vuelven a navegar.

Vuelvan a danzar, vuelvan a iluminar,
que hoy el sol los abrazará sin temor,
vuelvan a jugar, vuelvan a imaginar,
que hoy y siempre los amarán con dolor.
31 de octubre 2025