EL COLGANTE PERDIDO

juan carlos ayala

EL COLGANTE PERDIDO

(Juan Carlos Ayala)

 

Enfrente de la caja

había una exuberante melena

oscura, que si se movía

enfriaba el día.

 

Entre su blusa típica (güipil),

de alegres colores, había

un acantilado y dos montañas

nevadas donde se perdía

el colgante de su cadena.

Mis ojos, hicieron su mayor

esfuerzo pero jamás lo vieron.

 

Su rostro, cincelado por la

ancestral genética maya,

delataba su recia raza

de sangre pura; dueña

de unos ojasos:

—Señorita, imagino que sus

ojos escapan por las noches

hacia el cielo—

—Por qué dice eso señor—

Lo de señor casi sepulta mi

inspiración.

—Porque parecen estrellas—

—Muchas gracias señor—y me miró.

¡Otra vez, señor!

Su mirada puso a mis bestias

de rodillas, como rindiendo

culto a dioses difuntos.

 

La caja no me permitia

ver su otra mitad:

como “buen poeta”

lo imagine todo.

Pague la cuenta

y me dio el cambio:

lo suave de su piel sentí.

 

Hubiera querido bajarle

del cielo un clavel

salpicado de azul;

¡pero recordé que me

llamó señor, dos veces!.

 

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