El silencio tenía miedo
Grité.
Pero su eco no volvió.
Quizá el silencio,
a veces,
también tiene miedo.
Fugaces miedos de adiós.
Golpeé
con manos, con uñas.
Mordí
con dientes de urna.
Nada.
Comprendí.
Con una calma hueca,
que mi vida se ahogaba,
—indecente—,
aquella madrugada.
Pero la lluvia empezó a caer,
como una música sin dueño.
Cada gota —una sílaba—,
cada gota en mi pecho.
Sabía a hierro y a nostalgia.
El aire olía a alma vieja,
a perfume de sombra,
a tumba abierta.
Era dulce,
como la miel que afinaba tu ausencia
con un arco de agua.
Y cada nota era
una confesión que ya no importaba.
Sonreí,
porque la muerte, tan educada,
se había sentado a mi lado
a leer en voz baja.
Sonrió,
altiva pero discreta,
a lo que quedaba de mí
—cruel momento—.
Porque al fin
pudo hablarme con su boca
para besarme con un verso.
-
Autor:
Isidora Luna (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de octubre de 2025 a las 21:48
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 1

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.