Anhelo
Si algún día decide mi corazón latir de nuevo con fervor,
anhelo que la suerte me conceda el regalo de un compañero sincero,
aquel que con su ingenio y su bondad logre arrancar de mí una risa,
transformando así mis días grises en un cielo colorido y verdadero,
donde las dudas se borren con caricias de un amor genuino y cierto.
No aspiro a recibir joyas costosas ni metales de gran valor,
pues me conformo con los pequeños gestos que nacen del cariño,
un abrazo prolongado que me envuelva con su calor silencioso,
el roce de sus dedos al tender mi mano sobre el camino,
esas pequeñeces que para el alma enamorada son inmenso tesoro.
Deseo que este viaje sea un recorrido lleno de descubrimientos,
que combine la emoción de lo desconocido con la paz del nido,
donde se mezclen en el aire el dulce olor de la miel recién derramada
y la frescura limpia que deja la brisa mañanera en el olivo,
creando un refugio que sea a la vez travesía y sitio querido.
No preciso alojamientos lujosos ni palacios de ensueño efímero,
me conforma una vieja camioneta que recorra caminos sin prisa,
escuchando canciones que narren historias en nuestro propio idioma,
mirando por la ventana cuadros vivos de colores y sonrisas,
donde cada curva nos regale un nuevo sueño, una nueva sonrisa.
Busco un amor semejante al renacer de la estación de las flores,
con esa tibieza suave que calma el alma tras la tormenta pasada,
con la luz tenue del alba que se filtra con esperanza entre las hojas,
limpiando las penas con gotas de rocío sobre la hierba mojada,
y pintando de tonos nuevos mi mundo con su luz apropiada.
No me obsequies ramos mustios que pronto pierdan su belleza,
llévame mejor a pasear por un jardín de claveles y de rosas,
donde las palabras se conviertan en versos que sanen heridas,
donde el amor pasado se transforme en abono para nuevas cosas,
y donde broten, con cuidado, todas mis ilusiones más hermosas.
No exijo juramentos grandilocuentes ni palabras eternas,
solo busco compartir el tiempo presente, regalo del destino,
queriendo con honestidad y siendo correspondida con la misma fuerza,
disfrutando de una mirada cómplice, de un vínculo fino y divino,
tejiendo cada día un lazo fuerte, puro y genuino.
Y si al fin el destino me permite volver a sentir este milagro,
será de alguien cuyo afecto sea un faro en mi noche más oscura,
alguien que con su esencia, simple y total, sin esfuerzo ni engaños,
ilumine mi rostro y siembre en él una alegría dulce y pura,
convirtiendo mi existir en una constante y serena ventura.
—Luis Barreda/LAB
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Autor:
Luis Barreda Morán (
Offline) - Publicado: 30 de octubre de 2025 a las 04:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Pais

Offline)
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