“Orgasmo oscuro”

Maximiliano soto ñancucheo

ORGASMO OSCURO

En el altar de la noche te invoqué,
entre velos de sombra y de deseo,
tu piel, un sacramento que probé,
mi voz, un eco antiguo en tu jadeo.

La luna ardía sobre nuestros cuerpos,
como un ojo que todo lo veía,
tus labios fueron sortilegios muertos
que mi boca al infierno ofrecía.

Tu pulso era un rezo de penumbra,
tu cuello, el cáliz de lo prohibido,
en cada beso mi alma se derrumba,
y en tu temblor hallé mi cometido.

La sangre del misterio nos unía,
dos almas presas del mismo abismo,
y en tu mirada, mi herejía,
halló la forma del bautismo.

Cuando el clímax rompió la calma,
el universo se tornó temblor,
y entre tus sombras dejé mi alma,
hecha de fuego, silencio y dolor.

Así, en la carne, hallé el conjuro,
la perdición que lleva mi nombre;
orgasmo oscuro, deseo puro,
pecado eterno… aroma del hombre.

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Comentarios +

Comentarios1

  • JUSTO ALDÚ

    No llega a lo vulgar. Está bien como erótico.

    Un poema de intensidad mística y sensual, donde **el erotismo se reviste de liturgia y sacrilegio**. En *“En el altar de la noche te invoqué”*, el amor carnal se funde con lo espiritual, generando una atmósfera de **ritual prohibido**, donde cada beso y jadeo son ofrendas al fuego interior. La voz poética se mueve entre el placer y la culpa, entre lo divino y lo profano, como si el deseo fuera una forma de oración.
    Su imaginería es potente: la luna como testigo, la sangre como vínculo, el cuerpo como templo. En definitiva, un poema de **belleza oscura y luminosa a la vez**, que eleva el erotismo al rango de revelación.

    Saludos.



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