Perdido en la niebla, de un laberinto sin fin,
busco el sustento diario, para poder vivir.
La familia espera, con hambre y desazón,
mientras la vida se torna, una cruel lección.
Cada día es un peso, una carga brutal,
la inflación nos golpea, sin piedad ni igual.
Los precios se elevan, como aves de rapiña,
y el salario se esfuma, en una cruel riña.
El cuerpo cansado, el alma dolida,
la esperanza se apaga, casi extinguida.
Porque veo a mis hijos, con ojos tristes,
y siento que fracaso, como padre, insistes.
Me pregunto a menudo, si podré seguir,
en esta tormenta, sin poder salir.
Pero el amor me impulsa, a no desfallecer,
y a luchar por ellos, hasta el amanecer.
Aunque el camino sea oscuro, y lleno de dolor,
no me rendiré, hasta encontrar un mejor color.
Porque sé que mi familia, merece la alegría,
y aunque sea difícil, lucharé cada día.
Cada día es una lucha, una batalla campal,
contra la inflación, que nos hace tanto mal.
Los precios suben, sin piedad ni razón,
y el salario se estanca, en esta desolación.
El sudor en la frente, el cansancio en el cuerpo,
pero la esperanza, aún no la entierro.
Porque sé que mi familia, es mi mayor tesoro,
y por ellos lucho, con alma y decoro.
A veces me pregunto, si podré resistir,
en esta vorágine, sin poder salir.
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Autor:
José de Amercal (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de octubre de 2025 a las 14:08
- Categoría: Amor
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Jose de amercal, Emilia🦋, Llaneza, Antonio Pais, Carlos Baldelomar, Jaime Correa, Éusoj Nidlaj, Hernán J. Moreyra, Poemas de Pepita Fernández, JUSTO ALDÚ, Javier Julián Enríquez, Mauro Enrique Lopez Z., Enrique Fl. Chaidez, EmilianoDR, Mª Pilar Luna Calvo, mauro marte

Offline)
Comentarios4
Este poema, de tono realista y confesional, expone con honestidad el drama cotidiano del trabajador que enfrenta la adversidad económica sin perder el amor ni la esperanza. Es un poema social, de verso libre y voz sincera, donde el hablante convierte la lucha diaria —el hambre, la inflación, el cansancio— en una plegaria de resistencia. Las repeticiones (“cada día”, “los precios suben”) subrayan el ciclo opresivo de la vida moderna, mientras que la fuerza del amor familiar se erige como única llama en medio de la niebla. Su valor radica en la autenticidad: no busca adornos, sino verdad, y en esa desnudez emocional encuentra su fuerza poética.
Saludos,
me cala el alma
Muy bueno!!!
aquí mis aplausos.
Releo tu hermoso poema, quedo sin palabras ante esas imágenes vividas.
Un abrazo José.
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