INDETERMINADO
No pidan al poeta que calle.
Él no fue hecho para la obediencia ni para la sonrisa fingida de los templos modernos.
Su garganta es la grieta del mundo, su palabra es un incendio que exige ofrenda.
Cada verso que escupe, arranca un pedazo de humanidad, y sin embargo —qué ironía—, todavía le llaman loco por intentar salvarlos del silencio.
No pidan al poeta que mienta.
Los reyes del plástico y del alma vendida temen a su verbo como el tirano teme al espejo.
El poeta no negocia con la mentira: la desnuda, la mutila, la deja sangrando sobre el papel.
Si el verso duele, es porque aún quedan nervios que recuerdan lo que era sentir.
No pidan al poeta que ame al mundo.
El mundo no ha amado al poeta desde que el oro reemplazó al verbo,
desde que los hombres aprendieron a postrarse ante su reflejo digital.
El poeta ama la ruina porque allí aún late algo vivo, algo que no ha sido domesticado por la comodidad ni la pantalla.
No pidan al poeta perdón ni tregua.
Si ha de cantar, que su canto sea amenaza;
si ha de llorar, que su llanto arrastre ciudades enteras.
El poeta no busca gloria: exige justicia, aunque el precio sea su lengua o su propia carne.
Porque cuando el último hombre olvide cómo sentir,
será el poeta —solo él— quien prenda fuego al olvido.
JCLoboramz
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Autor:
LoboRamz (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de octubre de 2025 a las 13:09
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR

Offline)
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