Cuando pensé
que el amor era un vendedor de sueños,
que Cupido se había olvidado de mí,
llegaste tú,
con una sonrisa de esas
que despojan el alma,
con una mirada que, sin pronunciar palabras,
me lo dijo todo.
En la simplicidad de tu ser
encontré mi casa,
ese lugar hermoso
donde pude ser yo
fuera del bullicio del mundo.
Aprendí contigo
que no es lo mismo querer que poseer;
te quise desde la libertad,
desde ese amor real
que deja las puertas abiertas
para que vueles…
y, si quieres, regreses.
Me enseñaste a andar
por los senderos de lo auténtico,
de lo esencial,
de aquello con lo que todos soñamos:
ser vistos, comprendidos,
y amados de verdad.
Sé que, aun sin volver a coincidir,
te quedaste con algo mío:
la certeza de que el amor
también puede volverse recuerdo,
uno que se hace presente
cada vez que mi alma busca paz.
Regresa mi mente a ti
cuando los días son un caos;
porque en mi memoria lo fuimos,
aunque efímero, aún tiene plenitud.
Y guarda el alma
ese sentimiento bonito,
que sigue siendo
la certeza de un mágico recuerdo.
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Autor:
Poemas De Una Mente Joven. (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 28 de octubre de 2025 a las 11:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
Offline)
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