Bajo una farola en el parque vacío,
pienso en lo nuestro, en lo que fue mío.
La noche calla, el viento murmura,
tu adiós aún duele, aún me tortura.
Yo no quería volver a sentir,
cerré mi pecho, quise huir.
Pero llegaste con calma y ternura,
rompiste mi miedo, curaste mi duda.
Y cuando al fin lograste entrar,
cuando aprendí de nuevo a amar,
te fuiste sin mirar atrás,
dejándome solo, en la misma paz.
Ahora la farola sigue encendida,
testigo muda de tu partida.
Y entiendo al fin, con el alma herida:
quien me enseñó a amar…
también me enseñó la despedida.
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Autor:
Ari (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 28 de octubre de 2025 a las 03:31
- Comentario del autor sobre el poema: En nombre de K.B.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

Online)
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