**~Relato - La Calle Desierta~**

**~EMYZAG~**

Relato: La Calle Desierta 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG





¨La calle desierta por una mancebía

 y dentro del atrio un zaperoco. 

La calle desierta vivida por gente de edad mayor

 existe un silencio atroz, y es la calle desierta¨.




María vive en la calla desierta. Los vecinos de María creen que es una prostituta en una de las casas de la mancebía llena de prostitución. La soledad aviva en la calle desierta y más alrededor de la mancebía. El lupanar hecho prostíbulo es propiedad de María. María lleva años ejerciendo la prostitución en la calle desierta en busca de sexo clandestino, del que tiene precio y se compra dispuesto a ser comprado. El sexo, los masajes y hasta el delirio total en complacencia de subrepticio dolor yacen ahí en la mancebía de María. La calle desierta por gente con escrúpulos, decente y honesta, sí, viven en la calle desierta. Y en el atrio y en la mancebía yace el alboroto, el ruido y hasta los vituperios y afuera del lupanar dispuesto a entregar sexo complacido, extasiado y dispuesto en ser comprado por el precio del mercado negro y más la calle desierta se haya más desierta en un viernes en plena noche. 

 

-¨Oiga, va pa la mancebía de María…¨-,

 

-¨No, ni ningún hombre puede entrar allí, es lugar de mujeres solas…¨-,

 

El caballero se encerró en su hogar con temor a ser visto por el lente fotográfico de un agente encubierto que explora el lugar y a la calle desierta. 

 

El lupanar con música en alto parlante yace en un viernes de semana con un alboroto extraño, pero, muy cierto en el atrio del hogar de María. María responde a la puerta…

 

-¨Quiero sexo con una de sus mujeres…¨-,

 

El encubierto respondió con tono dispuesto a todo y por averiguar todo, pero, aunque ya se sabía todo, él quería más y más, saber más. 

 

María respondió con tono grave en su voz que…

 

Una de las mujeres bajó el tono de la música… y María le dijo al hombre que…

 

-¨Ésto es una iglesia de mujeres nada más…¨-, 

 

El caballero no entró al susodicho lupanar de mujeres exóticas cuando quedó complacido y que es una iglesia de mujeres nada más y que es un sólo alboroto cuando realizan el culto en los viernes de cada semana. 

 

La calle desierta quedó extraña creyendo que todo es una mancebía y un lupanar de sexo comprado. Si no se debe de tentar a los ángeles de Dios ni a contradecir lo que se ve y se percibe en una iglesia de mujeres solteras y solas en un atrio donde el zaperoco es adorar a su Dios.

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de octubre de 2025 a las 00:01
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.