Una muchacha linda,
Que, entre unas amigas,
Se encontraba,
A una persona conoció,
Tan bello y presumido,
Además de egocentrista,
A ella conquistó.
Al principio cariñoso,
Con regalos y flores,
Comidas, cenas y café,
Con él, se casó,
Aún avisa de sus amigas/os,
Y otros que no conocía,
Del error que iba a cometer.
De casada, en sus inicios,
De Lujo, caricias,
Y gestos de enamorado,
El esposo, la surtía,
Habiendo felicidad completa.
Pasaron los días,
Y el bello, presumido,
Cariñoso y apasionado,
En un ogro se convirtió,
Preguntas y controles,
De salidas y entradas,
Que, sin él, la mujer hacía,
Era un continuo a diario.
El ogro, fue a peor,
Imponiéndole las salidas,
Con él, sino con nadie,
Iba a trabajar y a casa,
Salían, si él quería,
Sola ya no iba,
A ningún lugar,
Salvo a trabajar,
Y a comprar.
El ogro,
El control sobre ella,
Absoluto era,
De amigos y familiares,
Por culpa de esté,
Fue perdiendo,
Muy lentamente.
Los celos se lo comían,
Cuando con amigos/as,
Quedaba a tomar café,
No le gustaba que socialice,
Con nadie, mal pensado,
Y desconfiado,
Se volvió,
Mirándole el teléfono,
O duplicando su tarjeta telefónica,
Para investigar,
Si algún amante había,
Pero ella no sospechaba,
Hasta un día,
En un wasap, algo vio,
Sin importancia alguna,
Prohibiéndole salir,
Hablar con nadie,
Y tomar café,
Salvo con él,
Únicamente con el ogro.
Amigas/os aparecieron,
Que ayudarle a ella hicieron,
Sin pedir nada a cambio,
Mientras el ogro,
Con calumnias y mentiras,
Su pena mendigaba,
Haciéndose la víctima,
Para hundirla y humillarla,
Para que, junto a él,
Arrepentida volviera,
Al final, no fue así,
Aunque llamó,
Y habló, con la familia de ella,
Haciéndolo también con Amigos/as,
Y vecinos, calumniándola,
Creyéndole personas inconscientes,
Lo que escuchaban,
Creando odio, sobre ella.
Ella, no estaba sola,
Estropeando el plan de vuelta,
Por unos amigos/as, verdaderos,
Un alojamiento encontró,
Lugar donde el ogro,
Desconocía donde estaba,
Ni quién, le ayudo,
El plan destrozado, le enfado,
Vueltas y vueltas a su cabeza,
El ogro daba, investigando,
Sin resultado, quién una mano le echo.
El ogro, otro plan confeccionó,
Hablando con vecinos,
Mintiendo, sobre propiedad del piso,
Y la marcha de la ella,
Comiéndole la cabeza a ellos,
Con burdas falsedades,
Sin escuchar a la otra parte,
Hasta que un día,
De tantas mentiras y calumnias,
El pastel se descubrió,
Y las personas, que antes le escuchaban,
Ahora lo repudiaban,
Ni el piso era suyo, era de los dos,
Ni existía amante alguno,
Era todo provocado,
Por celos enfermizos,
De un loco,
Que soló merecía estar.
Al darse cuenta el ogro,
A una cueva muy profunda,
Fue a esconderse,
Las últimas noticias, obtenidas,
Era que de vez en cuando,
Pena iba dando por la calle,
De lo ocurrido a su persona,
Las personas que lo veían llegar,
La espalda le daban,
Y el ogro al final,
Soló, se quedó,
Y jamás, nadie más le vio.
La chica, ya divorciada,
Felizmente vivió,
Y con todo el mundo,
Platicaba,
Y las personas, perdón le pedía,
Por interpretar,
Lo que ogro le decía,
Dándose cuenta, que mentía,
Su vida continua,
Sin problema alguno,
Ya nadie, dudaba de ella,
La familia volvió,
Y los amigos/as,
A ella la apoyaban,
En todo lo que podían.
Este poema está dedicado a muchas de las mujeres, que esto le ocurre a diario, y siempre están calladas, por miedo a que le harán sus pareja, esposo o novio, cuando no tienen la comida hecha, o llegan alterados o los celos se crecen por comentarios de otros y lo pagan con ellas.
Animo a las víctimas, a que denuncien su situación, sin pensarlo, con este hecho al agresor una orden de alejamiento le ponen, y vigilancia diaria por fuerzas y cuerpos de seguridad de Estado, para que viva tranquila y protegida.
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Autor:
Adoradom (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 27 de octubre de 2025 a las 11:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

Offline)
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