Entre aromas y fuegos despierta la vida,
la cocina respira, el alma se inspira.
Cada plato es verso, cada olor poesía,
y el arte culinario, pura melodía.
Las manos del chef son pinceles del tiempo,
dibujan sabores, pintan sentimientos.
Un toque de sal, un soplo de viento,
y nace un milagro en cada alimento.
El fuego enseña su danza sagrada,
la paciencia es reina, la pasión su espada.
No hay error si se cocina con fe,
porque el corazón guía al que sabe creer.
El cuchillo corta, pero también crea,
el vapor susurra, la llama flamea,
y en el plato final, con gesto sincero,
late la historia de un alma y su anhelo.
Cocinar no es tarea, es confesión del alma,
es hablar sin palabras, es dar y dar calma.
Es servir en el plato un trozo de amor,
es arte, es oficio, es vida y sabor.
Así, el cocinero —poeta del fuego—,
no busca aplausos, busca sosiego.
Porque en su cocina, donde el arte respira,
vive el milagro… de las artes culinarias.
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Autor:
Daniii (SeudĂłnimo) (
Offline) - Publicado: 27 de octubre de 2025 a las 06:02
- CategorĂa: Sin clasificar
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Offline)
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