Recuerdo cuando nuestra medida de tiempo eran los latidos,
cuando el mundo cabía en un pecho abierto y el futuro no existía más allá de la respiración siguiente.
Era brutal,
era puro,
era vida ardiendo sin promesas ni pasado.
Ahora el tiempo se pudre entre agendas,
entre pantallas que no saben de piel,
entre relojes que cuentan lo que duele perder.
Recuerdo cuando nuestra medida de tiempo eran los latidos,
y me pregunto en que instante dejamos de escuchar,
ese grito salvaje que nos hacía sentir invencibles.
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Autor:
Cosas que nunca os he dicho... (
Offline) - Publicado: 26 de octubre de 2025 a las 10:42
- Categoría: Sin clasificar
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