Capítulo I — El silencio que quedó entre nosotros
Nunca pensé que el silencio pesara tanto.
Antes tu voz llenaba las paredes, tu risa se colaba entre mis días como un rayo de sol que entraba por la ventana.
Hoy solo quedan ecos, fotos sin alma, y ese perfume que dejaste sobre mi almohada como una herida que no cicatriza.
Te juro que aún me cuesta aceptar que te fuiste sin decir adiós.
Y aunque dijimos que ya no, que era mejor así,
cada noche, cuando el mundo duerme,
yo sigo hablando contigo en mi cabeza.
Te reclamo, te perdono, te busco,
y a veces, solo a veces, creo que me contestas.
---
Capítulo II — Lo que fuimos
Fuimos todo, ¿te acuerdas?
Fuimos esa locura que no cabía en los planes,
la historia que nadie entendía,
la pareja que peleaba y se amaba con la misma intensidad.
Fuimos la excusa para no dormir,
las carcajadas en el coche,
las promesas tontas al amanecer,
los besos que sabían a eternidad.
Fuimos el tipo de amor que no se olvida ni con los años,
de esos que duelen aunque uno finja estar bien.
Fuimos el error más hermoso,
y el acierto más triste.
---
Capítulo III — Cuando el amor empezó a romperse
Hubo un día —no sé cuál— en que empezamos a perdernos.
Ya no eran los mismos abrazos, ni las mismas miradas.
Nos empezamos a hablar con orgullo,
y a callar con miedo.
El amor se fue rompiendo de a poco,
como un cristal que se resquebraja sin hacer ruido.
Y cuando quise darme cuenta,
ya no estabas.
Tú seguiste tu camino, y yo me quedé entre las ruinas.
Y aunque a veces te imagino feliz,
hay noches en que siento —no sé por qué—
que tú también me extrañas.
Solo que lo niegas.
Solo que te duele admitirlo.
---
Capítulo IV — Lo que quedó de ti
Hoy me preguntan qué fuimos.
Y no sé qué decir.
Porque fuimos tanto, que decir “nada” sería mentir,
y decir “todo” sería exagerar.
Fuimos amor, deseo, orgullo, heridas y reconciliaciones.
Fuimos dos que se encontraron en el momento equivocado.
Fuimos un intento de para siempre,
que se acabó sin aviso.
Y aunque ya no estemos, aún te llevo dentro,
como una canción que no quiero olvidar.
A veces pongo “Que Fuimos” y cierro los ojos,
y te veo bailar, reírte, abrazarme fuerte.
Y me dan ganas de llamarte,
solo para escuchar tu voz decir “hola”.
Pero no lo hago.
Porque sé que ya no somos.
---
Capítulo V — La despedida que nunca dije
Si algún día lees esto, quiero que sepas que te amé de verdad.
Que me dolió perderte,
y que aún me duele.
Pero también aprendí a dejarte ir.
Porque hay amores que nacen para ser recuerdo,
y no destino.
Tú fuiste mi historia más bonita,
y aunque el final no fue el que soñé,
agradezco cada segundo que te tuve.
Ojalá la vida te sonría,
ojalá encuentres lo que buscabas,
y si algún día escuchas esa canción y piensas en mí,
no te culpes, ni te duelas.
Solo recuerda que lo nuestro sí fue amor,
aunque haya terminado.
Porque tú y yo…
ya no somos nada,
pero siempre sabremos
lo que fuimos.
-
Autor:
Luis de leon (
Offline) - Publicado: 24 de octubre de 2025 a las 15:17
- CategorÃa: Sin clasificar
- Lecturas: 3

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. RegÃstrate aquà o si ya estás registrad@, logueate aquÃ.