Mientras el sol, al ponerse, acaricia la luna,
y esa brisa tenue no sopla: se siente y se vive.
Lo que brota del alma, bañado por la experiencia,
es como agua de manantial que desciende desde la montaña.
Como un río que sigue su curso hasta el mar,
la vida fluye en ciclos interminables.
Lo vivido y sentido, plasmado en letras,
es luz y sombra, duda y dicha;
marcas invisibles que delinean la existencia.
Por eso surge la pregunta:
¿Es lo mismo escribir desde la imaginación
que hacerlo desde la propia vida?
Para mí, caminar por un bosque, siguiendo el curso de un río,
sintiendo aromas, sonidos y sombras,
es más profundo que hacerlo atrapado en otra realidad.
No hay mejor letra para canción
que la que nace de la experiencia real.
Cada palabra que surge del alma,
ya sea por claridad, dolor o desesperación,
fluye como agua de río, siguiendo su curso bajo la luz de la inspiración.
En un ciclo constante, todo lo disfrutado o padecido
queda impreso en letras, más allá del autor y de la ficción.
Que cada cual, según lo suyo, saque su propia conclusión.
Y mientras el sol, al ponerse, acaricia la luna,
y esa brisa tenue no sopla:
acaricia y envuelve…
la mía ha quedado clara en esta exposición.
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Autor:
Jesús (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 24 de octubre de 2025 a las 03:53
- Comentario del autor sobre el poema: Y que cada cual y según lo suyo, saque su propia conclusión.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Bosque de Cenizas, Mª Pilar Luna Calvo

Offline)
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