"Cruza con suave paso los umbrales de este suelo
que el llanto está regando,
pues los seres queridos no están muertos.
Silencio! No hagas ruido, están soñando.
(Oscar Weinberg)
Siempre me atrajo algo diferente al campo santo, no tenía miedo, me sentía en paz.
Aunque era una niña, mucho no entendía de ese humo blanco que emana del suelo a eso de las seis, cuando por costumbre allí me dirigía.
Casi por inercia siempre yo leía...
Aquella inscripción grande, justo ahí en la entrada, la que me invitaba a entrar con cautela a este campo santo en particular.
¿Será que sueñan nuestros fsmiliares con lo que no pudieron culminar?
¿Acaso aún quedaron tareas pendientes en la trayectoria de su vida terrenal?
¿Por qué será que me invitan a pasar callada por aquella puerta?
Algo no ha de escucharme... A alguien no he de interrumpir.
El umbral que cautiva y combina lo terrenal y lo divino.
¿Cómo poder hacer ruido en un lugar donde el silencio se transforma en un lamento constante que retumba entre las lápidas con el viento al pasar?
¿Será que cada uno de nosotros es acompañado desde la entrada, a cada sepultura por algún familiar?
¿Acaso existen almas que nunca han salido de aquella entrada, las que están aún más tristes y solitarias porque son olvidadas por sus dolientes?
Me pregunto, tanto marca el sendero transitado por aquellos que vamos con frecuencia.
¿Qué pasará el día de nuestra partida?
¿El camino estará delineado?
Existen mayores huellas que las que no hemos dejado en la vida terrenal.
Cruza con suaves pasos...
Dejaré mis zapatos en la entrada para no importunar.
Me despojo de lo malo y lo vanal.
Dejo en aquella entrada mis temores y el viaje iniciará...
En el suelo llano, se riega el llanto de aquellos que aún quedan, los que deberán aprender a vivir con esa pena, con la ausencia.
La pena de no tener con quien hablar, a quien besar, con quién estar.
Solitario es el llanto que se vive en privado, aquel llanto inhumano que emanan los que han quedado.
Los reproches no contados,
Las peleas no sanadas,
Los sentimientos cortados,
todo aquello que no quedó saldado.
Este día será pagado en el corazón del sepultado
Solo deberán cruzar sin pasos por aquel umbral tan santo, que mantiene a los creyentes en la vida después de la muerte..."
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Autor:
Fénix (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 24 de octubre de 2025 a las 00:47
- Comentario del autor sobre el poema: Desde pequeña siempre que me visite a familiares en el cementerio del lugar donde yo vivo, pude leer la inscripción que decía en grande "Cruza con suave paso los umbrales de este suelo que el llanto está regando, pues los seres queridos no están muertos. Silencio! No hagas ruido, están soñando. (Oscar Weinberg) Esto me hizo pensar muchas veces que podía significar aquellas palabras, hasta el día de hoy no encuentro un concepto que encaje a cabalidad.. Que tenga un bello día, luego de leer mis lineas..
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Salvador Santoyo Sánchez, Éusoj Nidlaj, Andy Lakota👨🚀, El Hombre de la Rosa, Llaneza, Mauro Enrique Lopez Z., Hernán J. Moreyra, Poesía Herética, JUSTO ALDÚ, ✏️...Ana, Carlos Baldelomar, Rafael Escobar, Mael Lorens, Baltasar tarso

Offline)
Comentarios4
Los cementerios, como el silencio, son un lugar de paz y calma, creo que la muerte no es un fin, sino un medio,
para que el alma,. esencia o energía siga su propio curso.
Interesante final, que da para escribir ✒️ y profundizar en ello...
¿Será la ausencia, solo percepción del vivo y lo no resuelto, el camino hacia la iluminación, se este vivo o muerto?
Buen trabajo, aquí mis aplausos.
Estimado Jesús, agradecida de tu tiempo, de tu análisis y palabras, claro que es un tema a profundizar, existen muchas opiniones y perspectivas... Espero poder leer alguna tuya pronto.. un abrazo y gracias por tu visita.
Hermoso y preciado tu genial versar estimada poetisa y amiga Fénix
Recibe un abrazo de Críspulo desde ERspaña
El Hombre de la Rosa
Gracias mi estimado Hombre de la Rosa, que tenga un bello día, gracias por siempre comentar mis obras, un enorme abrazo
El alma que es lo primordial no queda allí, volvemos a la fuente, aun así por la creencia antigua de respeto uno hace silencio.
Cambian las vidas, la tecnologia pero no cambian ciertas costumbres, me gustó tu reflexión, abrazo alado
Agradecida de tu visita mi querida Dulce, un abrazo
Este texto, de tono íntimo y meditativo, se adentra en la frontera entre la vida y la muerte con una delicadeza poética que conmueve. La voz narrativa —una niña curiosa, sin miedo al misterio— nos conduce por el camposanto como quien cruza un umbral espiritual: cada pregunta que formula abre una grieta entre lo visible y lo invisible. Hay en la prosa una musicalidad reflexiva, casi ritual, donde el silencio, el viento y las huellas cobran vida simbólica. El texto invita a pensar la muerte no como final, sino como tránsito, como eco de lo no resuelto. Con ternura y respeto, logra transformar el miedo en contemplación, y el duelo en una especie de diálogo sagrado con lo eterno.
Saludos
Un abrazo, gracias por leer mis humildes lineas, por darle una interpretación propia, así es, todo es del pensamiento de una niña, mirado con esos ojos...
Que tengas bello día
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