Laberinto

Myraim Buritica

 

Laberinto

 

Un laberinto luminoso se asomó a mi paso

me invitaba a pasear por él,

embelesada camine por su árido fulgor;

en el camino saboree el panal agridulce

y nocivo, pero no me importó,

quise seguir con mi estupidez

 y mis sentidos alborotados.

Llegué el final de aquella encrucijada y caí,

caí como una piedra al fondo de un abismo

me dolió, se rompió mi alma,

se partió en mil pedazos la ilusión

alimentada con terquedad.

 Casi muerta, me levanté, recogí

Las miserias de mi vida, la fui armando

lentamente, la soldé con la sabia

de mis lágrimas, las cubrí con las vendas del dolor

hasta restaurar lo que se había roto.

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