Quince minutos sentado
Y ya me quiero levantar,
De este incómodo pupitre
Que me suele encarcelar.
Ahora vamos a la tarea
Otra vez la he olvidado,
O más bien no la hice
Ni me esforcé en intentarlo.
Ahí viene la maestra
De nuevo el discurso de siempre.
Que si me debo enderezar
Que si puedo ser diferente.
Me dice que me esfuerce
Y no sea una estadística más,
Que si hago las cosas bien
Muy lejos puedo llegar.
Pero ella no entiende
Que solo son palabras de fe,
Que en la realidad que vivo
Lo importante es vivir y comer.
Ella no quiere entender
Que vive en un cuento asombroso,
Que los que rigen la justicia
Son puños, verdes y el plomo.
Así lo aprendí en la calle
Cuando mataron a mi tío Juan,
Así me enseñó mi padre
Cuando golpeaba a mi mamá.
Respeto, ¿qué es eso?
¿Otro desconocido cuento?
Yo nunca lo recibí
Y no sé cómo ofrecerlo.
Quisiera pensar otra cosa
Que la maestra dice la verdad,
Pero la veo como mentirosa
Vendiendo ilusiones que no puedo comprar.
Quisiera saber de otra vida
Aquí ya sé cuál es mi final,
Yaciendo en una tumba fría
Y con suerte cárcel y soledad.
Maestra, no te sientas mal
Sé que quieres convercerme.
Créame, yo también lo anhelo
Yo quisiera ser diferente.
Por eso ruego a Dios
Si hay esperanza todavía
Que me ayude a escapar
De esta calle sin salida.
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Autor:
Doreleim (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 23 de octubre de 2025 a las 22:53
- Comentario del autor sobre el poema: Escrito en el 2013, como una maestra preocupada por el camino de sus estudiantes.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

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